Andrés Manuel López Obrador fue a Estados Unidos en septiembre del 2023 y, en la reunión que tuvo con el presidente estadounidense Joe Biden, soltó algunas de sus ocurrencias tropicales, como la de invitar a los estadounidenses a cruzar a nuestro país por gasolinas baratas.
La visita allende las fronteras, era obligada, toda vez que el tabasqueño había boicoteado la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, California, un mes antes, en junio del 2022, a la que no asistió por la falta de invitación a los dictadores de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
La relación se había descompuesto tanto que hacía falta esa visita. Pero López Obrador no la desaprovechó ni para sus clases de historia ni para lanzar ese exabrupto de presumir su gasolina barata.
En ese momento, por el proceso inflacionario en Estados Unidos, la gasolina era más barata de este lado de la frontera común. Pero eso duró solo 15 días más antes de que un mercado abierto a la competencia como el estadounidense revirtiera esa diferencia de costos.
A un año de aquella oferta, éstos son los precios reportados para las gasolinas en ambos lados de la frontera.
En Texas, lugar del que México importa la mayoría de las gasolinas que se consumen, el costo hoy de la gasolina regular, en pesos y en litros, es de $13.40. Mientras que, en México, de acuerdo con lo reportado por la Profeco, el precio promedio de la gasolina Magna, equivalente a la regular, es de $22.32 pesos por litro.
Son mercados muy diferentes, la competencia en Estados Unidos es abierta, en México se mantiene un monopolio, los costos de producción son bajos en las refinerías de Houston, en México Dos Bocas solo produce dolores de cabeza.
Los impuestos en Estados Unidos son bajos comparados con los 4.81 pesos por litro que paga de impuesto especial la Magna, con todo y subsidio. Más el pago del IVA.
Si son mercados diferentes, con estructuras de competencia, apertura y fiscales diferentes, ¿qué necesidad tiene López Obrador de ponerse en evidencia y, además, frente al presidente de los Estados Unidos?
Cuando López Obrador presumía sus gasolinas baratas no dijo que para ello el año pasado se quemaron, tan solo durante el 2022, 397 mil millones de pesos en subsidios a esos combustibles para que estuvieran “baratos” por poco tiempo.
Ese uso de recursos fiscales para mantener artificialmente bajos los precios de las gasolinas y solo por un tiempo fue algo totalmente contrario a una política de izquierda y solo fue para tratar de mantener la promesa presidencial de bajar el costo de las gasolinas. Pero la realidad es muy terca y aquí estamos hoy con combustibles caros.
Es un hecho que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no va a aprovechar esta enorme diferencia en los precios para recomendar a los mexicanos que crucen a comprar gasolinas a su territorio, básicamente porque su país ya vende 550 mil barriles diarios de gasolinas a México y sin necesidad de hacer tanta publicidad.