Tras un acalorado debate público de tres días sobre una grabación de audio entre la presidenta del partido gobernante y un representante del norte, de mayoría serbia, estallaron peleas en el Parlamento de Kosovo y un diputado arrojó agua sobre el primer ministro.
La oposición de Kosovo acusa desde hace tiempo al primer ministro nacionalista Albin Kurti de generar tensiones en el norte, que han complicado las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea, aliados occidentales desde hace tiempo.
Los disturbios en el norte se han intensificado más recientemente, desde que alcaldes de etnia albanesa tomaron posesión de sus cargos en el norte de Kosovo tras las elecciones de abril que los serbios boicotearon exigiendo la aplicación de un acuerdo de hace una década para una mayor autonomía.
Este jueves, un video de una sesión del Parlamento mostró a un diputado del partido de la oposición arrojando agua a Kurti y al vice primer ministro Besnik Bislimi. La pelea se extendió cuando otros congresistas opositores y de la coalición gobernante se acercaron al estrado donde se sientan los ministros.
Kurti fue empujado lejos de sus diputados y guardaespaldas mientras los legisladores de ambos bandos peleaban entre sí hasta que intervino la policía.
La oposición había colocado en el hemiciclo una pancarta con la imagen de Kurti con nariz de “Pinocho” -un personaje de ficción cuya nariz crece cuando miente- y que fue rota por Bislimi.
Esta sesión parlamentaria se produjo después de que el medio de comunicación online Nacionale publicara esta semana una conversación de audio entre la presidenta del partido de Kurti, Mimoza Kusari-Lila, y el entonces legislador serbio Slavko Simic.
El audio fue grabado en junio del año pasado y en él se oía a Kusari decir que antes había hablado por teléfono con un oficial de etnia serbia, Milan Radojcic, sancionado por el Gobierno de Estados Unidos por delincuencia organizada y actividades corruptas. Radojcic es también una persona buscada por las autoridades de Kosovo.
Los opositores critican al nacionalista de izquierdas Kurti por su política, sobre todo por las tensiones con los serbios y la falta de coordinación con Estados Unidos y otras potencias occidentales, que consideran como principales valedores de su independencia proclamada de forma unilateral en 2008.
La Unión Europea (UE), mediadora en el diálogo de normalización entre Kosovo y Serbia, ha congelado algunos fondos comunitarios a Pristina por las reticencias de Kurti a cumplir sus exigencias para reducir las tensiones en el norte.