Miles de israelíes volvieron a inundar este jueves las calles y autovías en Tel Aviv, Ra’anana y otras ciudades, para mostrar su rechazo contra la reforma promovida por el Gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, que busca limitar las facultades del poder judicial.
Los activistas llenaron las calles con banderas nacionales, donde quemaron neumáticos, golpearon tambores y entonaron cánticos antigubernamentales, al tiempo que se resistieron a los intentos de la Policía por apartarlos de las calzadas de las principales arterias de tráfico de Tel Aviv.
Los choques entre los congregados y los agentes de seguridad desembocaron en el uso, por parte de las fuerzas públicas, de cañones de agua para dispersar a la multitud. Hasta el momento, al menos 15 personas fueron detenidas en Tel Aviv y Ra’anana bajo acusaciones de violación del orden público y ataques a oficiales, recoge el diario The Times of Israel.
A lo largo de la jornada, los indignados con la reforma se plantaron frente a las casas de los ministros del Gobierno de coalición, bloquearon las autovías y perturbaron las operaciones aeroportuarias, al tiempo que recurrían a otras formas de desobediencia civil, resume el medio.
Los manifestantes rechazaron también un discurso televisado de Netanyahu, en el que mantuvo la defensa de su reforma y rechazó las acusaciones de que la iniciativa represente una amenaza para la democracia. Por su parte, los organizadores de la protesta tildaron la alocución del jefe del Ejecutivo como “un discurso repleto de mentiras e incitación”, aseverando que Netanyahu “está eligiendo la dictadura en lugar de mantener el país intacto”.
Uno de los puntos de la legislación en cuestión que agudizan las tensiones es el llamado criterio de razonabilidad. La propuesta de reforma del Gobierno busca privar a la Corte Suprema de usar dicho criterio a la hora de evaluar las decisiones tomadas por el Ejecutivo o funcionarios electos.
Al abordar este tema en particular, Netanyahu aseguró en su discurso que la amenaza actual para la democracia en el país no es la reforma, sino una ola de rechazos públicos por parte de algunos reservistas de las Fuerzas de Defensa, que buscan pausar el cumplimiento de sus deberes en caso de aprobarse el anteproyecto sobre razonabilidad.
Entretanto, se espera que el próximo sábado vuelva a estar marcado por masivas protestas, que tendrán como punto central la zona frente al Parlamento unicameral (la Knéset) en Jerusalén, donde los organizadores planean instalar tiendas de campaña y permanecer allí durante un tiempo indefinido, mientras la coalición gubernamental se prepara para aprobar el proyecto de ley de “razonabilidad”.