La inteligencia artifical podría servir como una herramienta accesible para que los hackers creen diferentes virus y malware según reportó la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI), que aseguró que las capacidades generativas de este tipo de software puede ser usada como parte de ciberataques.
Según el organismo los programas de inteligencia artificial no solo pueden servir como herramientas de asistencia para la generación de textos, imágenes o videos, además se usarían en actos como estafas y crímenes más graves como el terrorismo.
Un oficial de la organización indicó a medios estadounidenses que se espera que las consecuencias de la integración de las IA a la vida cotidiana generen un aumento en esta tendencia de uso negativo.
Durante el año 2023 se detectó que un conjunto de cibercriminales manipularon ChatGPT para hacer que genere código para la creación de malware.
Como parte de la investigación realizada por el FBI, se identificó que los cibercriminales están acercándose aún más a la utilización de sistemas de inteligencia artificial de acceso gratuito o de código abierto que se pueden encontrar en rincones ocultos de internet como la Deep Web, donde son compartidos por otros delincuentes.
Aunque el desarrollo de malware se ha incrementado con el uso de herramientas de inteligencia artificial y es un estándar cada vez más común, estos programas también son utilizados para generar plataformas adicionales que apoyan a la ejecución de ataques cibernéticos.
Páginas web falsas que descargan código malicioso a un computador o sitios que suplantan la identidad de empresas o marcas también están siendo desarrolladas usando esta tecnología para aportar mayor realismo a las estafas virtuales que pueden vulnerar la privacidad de los datos o robar información bancaria.
Por el momento aún no se tiene una idea exacta sobre cuántos ataques tienen un nivel al menos considerable de participación de inteligencia artificial, sin embargo el FBI considera que la cifra puede ir en aumento debido a la facilidad de acceso que tienen los criminarles a esta tecnología.