Una violenta operación policial en el balneario brasileño de Guarajá, cerca de Sao Paulo, dejó al menos 10 muertos, y desató nuevas denuncias por el excesivo uso de la fuerza por parte de las autoridades.
La ‘Operación Escudo’, con unos 600 agentes de la Policía Militar y Civil, fue desplegado el pasado viernes, después de que un agente de 30 años, Patrick Bastos Reis, cayera asesinado la víspera por un miembro de una banda criminal.
Bastos Reis fue enviado a la zona para reforzar la vigilancia policial en medio de un abrupto aumento de la criminalidad, y su muerte, según la prensa local, causó una gran conmoción entre sus compañeros.
La reacción de las fuerzas de seguridad fue muy violenta y dejó al menos 10 muertos en ese municipio del litoral paulista, según datos del Defensor del Pueblo de la Policía.
El representante de este órgano, Claudio Aparecido da Silva, dijo a GloboNews que los vecinos del balneario denunciaron excesos policiales. Relataron que los agentes torturaron y asesinaron a un hombre, un joven vendedor ambulante que fue hallado con nueve tiros y quemaduras de cigarro, y prometieron matar a al menos 60 personas de las comunidades.
Mencionó que la Policía Militar, estuvo trabajando con cámaras corporales, por lo que se pedirán estas imágenes para revelar si hubo ilegalidades en la actuación de la policía en ese territorio.
El domingo, el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio Gomes de Freitas, anunció la captura del asesino del policía y de otros tres implicados.
Brasil tiene una de las policías que más mata en el mundo. Según datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública, 6.430 personas perdieron la vida a manos de los agentes en 2022. Eso significa 17 muertos por día.
Las policías más mortíferas son las de los estados de Amapá (norte), Bahía (nordeste) y Río de Janeiro (sudeste).
Pero también los agentes brasileños son de los que más mueren en el mundo. El año pasado, 172 oficiales perdieron la vida.