La Policía Federal brasileña detuvo este jueves a un empresario sospechoso de ser el mayor deforestador de la Amazonía y responsable de la tala de 65 kilómetros cuadrados de selva en el estado de Pará (norte).
El empresario fue llevado preso en el municipio de Novo Progresso, una pequeña ciudad situada al borde de una carretera que atraviesa la región amazónica, confirmaron a EFE fuentes policiales.
Como parte de la operación, los tribunales ordenaron el bloqueo de 116 millones de reales (USD 23 millones), una estimación “mínima” del valor de los recursos naturales extraídos, así como la confiscación de 16 haciendas y 10.000 cabezas de ganado, según un comunicado de la Policía.
Durante los registros de las propiedades del empresario se confiscaron 300 gramos de oro bruto “probablemente” extraídos de minas ilegales, según declaró el comisario de Policía Manoel Neto a la cadena Globo.
El sospechoso y el grupo que supuestamente encabeza controlan 210 kilómetros cuadrados de tierras, superficie equivalente a la de una ciudad mediana, y una parte de las mismas bordea reservas indígenas y áreas de protección ambiental.
La investigación policial señaló que el “grupo criminal” vinculado al sospechoso registraba tierras de forma “fraudulenta” y en nombre de terceros, principalmente familiares, para luego talar su vegetación originaria y criar ganado.
De esta manera, los verdaderos responsables de la explotación de la tierra “se sentirían protegidos contra eventuales procesos criminales y administrativos”.
Antes de la detención, las propiedades del empresario ya habían sido objeto de seis embargos por parte del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama) por presentar “irregularidades”.
El lanzamiento de la operación coincide con la publicación de nuevos datos sobre la deforestación en la Amazonía, que muestran una caída en la tala desde enero gracias a una mayor fiscalización por parte del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La Amazonía perdió 7.952 kilómetros cuadrados de vegetación entre agosto de 2022 y julio de 2023, una caída del 7% frente a los doce meses anteriores y la menor área deforestada de los últimos cuatro años.