El Banco Central de Rusia (BCR) convocó para este martes una reunión extraordinaria con el fin de abordar un posible aumento de los tipos de interés, en un intento de frenar la devaluación de la moneda nacional, que rebasó hoy la barrera psicológica de los 100 rublos por dólar.
La entidad emisora adelantó hoy en un comunicado que a las 10.30 horas (07.30 GMT) de mañana anunciará la decisión de su consejo de dirección.
Los expertos opinan que el BCR aumentará los tipos en un punto porcentual, hasta el 9,5%, igual que hiciera el pasado 21 de julio.
Con todo, la prensa local también recuerda que el aumento de los tipos no impidió que el rublo se depreciara más de un 7% en el último mes y medio.
Según el BCR, la cotización oficial del rublo con respecto al dólar para mañana será de 101,03 rublos por cada dólar estadounidense, la más baja desde marzo de 2022, poco después de que comenzara la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero.
La mañana del lunes en la Bolsa de Moscú la moneda rusa ya había superado los 100 dólares.
El punto más bajo de la divisa rusa se alcanzó el 10 de marzo de 2022, dos semanas después del inicio de la guerra de Ucrania, cuando cayó a 121,5 rublos por dólar.
El rublo no ha dejado de depreciarse desde que el jefe del grupo ruso de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, protagonizara los pasados 23 y 24 de junio una fallida rebelión.
Debido a la inestabilidad política y al aumento de las importaciones y la caída de las exportaciones, el rublo se ha devaluado más de un 27% durante los primeros siete meses de este año.
Este desplome ha llevado a la agencia Bloomberg a considerar el rublo como una de las tres monedas más débiles del mundo por su inestabilidad junto a la lira turca y el peso argentino.
El rublo, ya presionado por la fuerte demanda de divisas y la limitada oferta de las empresas exportadoras, no se ha beneficiado de la fortaleza de los precios del petróleo. Un operador de un gran banco ruso dijo a Reuters que el mercado estaba confuso: “Todo el mundo está preparado para la entrada de ingresos procedentes de un petróleo caro, pero parece que está colgado en alguna parte, y nuestros reguladores son en cierto modo indiferentes, no hay nada en lo que confiar”.
Las sanciones occidentales redujeron notablemente los ingresos por la exportación de hidrocarburos -el gas cuesta diez veces menos que el pasado año-, mientras las importaciones se acercan a los niveles anteriores al inicio de la contienda.