La crisis del arroz ya es una realidad en muchos países de África y Asia y, de no ser por un cambio urgente, podría extenderse hacia el resto del mundo.
Los efectos del fenómeno El Niño, que derivó en una sequía de un año en el Cuerno de África, sumados al aumento en el precio de los fertilizantes y la guerra en Ucrania -junto con las interrupciones del Acuerdo del Grano- han dificultado y hasta impedido la producción de arroz en la región y, en aquellos lugares en los que no se vio afectada, han significado un aumento inesperado de su precio.
Países como Kenia, donde la crisis económica imposibilita a la gente llevar una correcta alimentación, había encontrado en el arroz barato importado desde la India una solución práctica para poder comer todos los días.
En Vietnam, el precio del arroz también ha aumentado, aunque sólo para aquel destinado a la exportación. Mientras intenta estabilizar el valor para el mercado interno, saca provecho de la situación, con el precio de los envíos a su nivel más alto en 15 años.
En esta puja de poderes miles de personas vulnerables han quedado rehenes y con escasas alternativas. El mundo se encuentra en un “punto de inflexión”, reflexionó sobre esta situación el responsable de recursos naturales de la ONU para la Agricultura y la Alimentación, Beau Damen, y adelantó que, de no darse un cambio rotundo, la crisis solo se agravará.
India se mantiene firme en su decisión de prohibir los envíos de arroz basmati al mundo a pesar de que ello le cueste su fiabilidad ante el mundo.
A ello se suma la amenaza latente de El Niño, cuyos efectos se espera que continúen y que podría derivar en sequías o inundaciones, que sigan arruinando los cultivos.
Aunque su cosecha propia cueste dos tercios más y aun recurra a socios comerciales como Tailandia y Camboya, la portavoz del Ministerio de Agricultura el país africano,aseguró que no están “lejos de ser autosuficiente” ya que más de la mitad de su demanda se cultiva localmente.
Filipinas es el segundo mayor importador de arroz después de China y no sólo está en una encrucijada para poder comprarlo del exterior sino que carece de las reservas adecuadas.
Es por ello que, sea cual sea la situación individual de cada nación, la escasez de este grano ya se hace sentir y requiere de medidas urgentes para no agudizarse.