Un supremacista blanco mató este sábado a tres personas en la ciudad de Jacksonville, en el norte del estado de Florida, antes de suicidarse, según han confirmado las autoridades locales y más tarde el gobernador de Florida Ron DeSantis.
El asesino Ryan Palmeter, de 21 años utilizó un fusil largo y una pistola de marca Palmetto que había comprado de forma legal y en la que había pintado una esvástica, según una imagen mostrada en una rueda de prensa por el alguacil T.K. Walters, quien precisó además que había dejado en su casa “un manifiesto” con mensajes de odio y que los asesinatos tenían “motivos raciales”.
El gobernador de Florida emitió una declaración de condena de los hechos y dio a entender que los muertos eran de raza negra al explicar que el asesino “eligió a las víctimas según su raza, algo totalmente inaceptable”, antes de “elegir la salida de los cobardes y dispararse él mismo en lugar de afrontar las consecuencias de su acto”.
La alcaldesa, Donna Deagan, presente en la comparecencia, también confirmó los motivos: Como dijo el alguacil, “es un crimen cargado de odio. Nos toca hacer todo lo posible por disuadir este tipo de odio”, insistió.
El autor del tiroteo, según los testigos, iba vestido con uniforme de camuflaje, guantes y un pasamontañas; primero se le vio en la Universidad Edward Waters, escondiendose detras de la biblioteca, huyendo cuando la autoridad de la universidad lo quiso atrapar.
Llegando a un local de la cadena Dollar General libró un enfrentamiento a tiro con las fuerzas especiales.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, anunció este domingo que el Departamento de Justicia ha abierto una investigación por crimen racial tras el asesinato de tres afroamericanos por parte de un supremacista blanco el sábado en Jacksonville (Florida).
El fiscal general detalló que su departamento está investigando el tiroteo de Jacksonville como “un crimen de odio y un acto de extremismo violento por motivos raciales”.
Garland expresó su “más sentido pésame” a los familiares de las víctimas y prometió que el Departamento de Justicia “nunca dejará de trabajar para proteger” a los ciudadanos del odio.
Las víctimas son Angela Carr, de 52 años, asesinada en su vehículo frente a la tienda; el trabajador del negocio A.J. Laguerre, de 19 años, quien fue tiroteado mientras intentaba escapar; y Gerrald Gallion, de 29 años, disparado al entrar al establecimiento.
Antes del ataque, el asesino había intentado acceder a la Universidad Edward Waters, un centro educativo tradicionalmente para la comunidad negra, pero un encargado de seguridad le negó la entrada porque no quiso identificarse.