Al menos 127 personas murieron a causa de las inundaciones y aludes que han asolado varias zonas de Ruanda tras las lluvias torrenciales, destruyendo viviendas y cortando carreteras. Imágenes publicadas en Internet por la radiotelevisión estatal mostraban ríos de lodo arrasando las calles mientras los residentes luchaban por ponerse a salvo, algunos vadeando el agua o trepando a los techos de casas derrumbadas.
Este pequeño país de la región africana de los Grandes Lagos ha sufrido catástrofes similares en el pasado, pero ésta parece ser la más mortífera de los últimos años.
El gobierno ruandés dijo que estaba habilitando refugios para las personas sin hogar en escuelas y otros edificios, sin dar una cifra de desplazados.
“Se están llevando a cabo intervenciones de rescate en los distritos más afectados… con el fin de proteger a los ciudadanos en peligro”, declaró la oficina del presidente Paul Kagame en un comunicado en el que confirmaba la cifra de 127 muertos.
La agencia estatal Rwanda Broadcasting Agency (RBA) dijo que la mayoría de las muertes se produjeron en la provincia occidental, que bordea el lago Kivu.
Alain Mukuralinda, portavoz adjunto del gobierno ruandés, dijo a la AFP que los residentes en las zonas afectadas han recibido instrucciones de no permanecer en sus casas durante la noche y buscar refugio en otros sitios como escuelas.
La ministra ruandesa encargada de la gestión de emergencias, Marie Solange Kayisire, había declarado anteriormente a RBA que las autoridades ya estaban ayudando a enterrar a las víctimas de la catástrofe y proporcionando suministros a aquellos cuyos hogares habían quedado destruidos.
En la vecina Uganda, seis personas murieron en el oeste del país al producirse corrimientos de tierra en sus casas tras días de lluvias torrenciales, según la Cruz Roja local. Cinco de los fallecidos pertenecían a la misma familia y eran de una misma aldea. Las imágenes compartidas por la Cruz Roja mostraban a agricultores de la zona encaramados en laderas de empinadas terrazas excavando entre el lodo recién deslizado y casas enterradas en el barro hasta los tejados.