Una ceremonia privada en memoria del jefe de los mercenarios rusos Yevgeny Prigozhin se celebró este martes, según informó su servicio de prensa, que instó a los dolientes a presentar sus respetos en un cementerio de su ciudad natal, San Petersburgo.
Con una vida dominante pero discreta en la muerte, el jefe mercenario ruso Yevgeny Prigozhin fue enterrado en silencio en un frondoso cementerio, seis días después de su muerte en un accidente aéreo inexplicable. .
El funeral tuvo lugar lejos del resplandor de los medios y en marcado contraste con el descarado estilo publicitario con el que Prigozhin había avivado su reputación, en Rusia y mucho más allá, por su crueldad y ambición.
Prigozhin, confidente del Kremlin convertido en “traidor”, murió en un accidente aéreo el pasado miércoles, dos meses después de ordenar a sus tropas que derrocaran a la cúpula militar rusa.
Los observadores esperan que la tumba se convierta en un lugar de peregrinación para miles de seguidores del jefe paramilitar.
Según los observadores, la decisión del fundador de la fuerza de combate privada Wagner de dirigir sus tropas contra Moscú es el desafío directo más importante a la autoridad del presidente Vladimir Putin desde que llegó al poder.
El Kremlin dijo a primera hora del martes que el líder ruso no asistiría al funeral de Prigozhin.
“No está prevista la presencia del presidente”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Putin describió la semana pasada a Prigozhin como un hombre que había cometido “graves errores en su vida, pero logró los resultados correctos”.
La muerte de Prigozhin levantó sospechas dos meses después de que éste protagonizara una rebelión contra el ejército regular ruso.
Gobiernos de países occidentales señalaron con el dedo a Putin, que había calificado a Prigozhin de “traidor” tras la rebelión abortada.
El Kremlin negó firmemente cualquier venganza, denunciando “una mentira absoluta” y “especulaciones”.