El juicio contra el gigante tecnológico Google, denunciado por el Gobierno de Estados Unidos por presuntas prácticas de monopolio, arranca esta martes 12 de septiembre en Washington y supone la mayor amenaza legal que la empresa haya enfrentado jamás.
El proceso se desarrollará en el Tribunal de Distrito de Columbia y está previsto que dure en torno a diez semanas, en las que mediante testimonios de altos ejecutivos tecnológicos, ingenieros, economistas y académicos tratará de destriparse cómo la compañía estadounidense se convirtió en líder de los motores de búsqueda por internet.
El Departamento de Justicia ha pasado tres años construyendo el caso, que se inició cuando el republicano Donald Trump (2017-2021) era presidente y que heredó el demócrata Joe Biden cuando llegó al poder en 2021.
Para defenderse, la tecnológica ha contratado a cientos de personas, a tres poderosos bufetes de abogados y ha gastado millones de dólares en honorarios legales y cabilderos, aseguran medios estadounidenses como The New York Times.
Según el Departamento de Justicia, Google machacó ilegalmente a la competencia al pagar a las empresas para que hicieran su motor de búsqueda el predeterminado en sus dispositivos y plataformas, entre ellas a Apple, para que eligiera a su motor en el iPhone.
Así, afirma el Gobierno en una demanda a la que se han sumado una coalición de 38 fiscales generales estatales, Google habría mantenido un monopolio a través de dichos acuerdos, lo que dificultaba a los consumidores el uso de otros motores de búsqueda.
Datos de la compañía de análisis de datos Similarweb apuntan que Google cuenta con el 90 % del mercado de motores de búsqueda en Estados Unidos y el 91 % a nivel mundial.
Sin embargo, Google ha asegurado que sus acuerdos con Apple y otros no eran exclusivos y que los consumidores podían alterar fácilmente la configuración predeterminada de sus dispositivos para elegir motores alternativos.
A través de un comunicado de su responsable de asuntos globales, Kent Walker, Google sostiene que la demanda “tiene graves defectos” y que en el juicio se demostrará que los acuerdos de distribución de búsqueda “reflejan las elecciones de los navegadores y los fabricantes de dispositivos en función de la calidad” de los servicios y de las preferencias de los consumidores.
En más de tres años de audiencias previas, no ha revelado su opinión sobre el caso, aunque en un procedimiento el mes pasado redujo la demanda, pero conservó el argumento central de que Google mantuvo su monopolio en la búsqueda a través de acuerdos con fabricantes.
Según la prensa estadounidense, este es el primer juicio por monopolio del gobierno federal en la era moderna de Internet, una época en la que las grandes tecnológicas se han convertido en líderes de opinión en áreas que van desde la información al entretenimiento. El último gran caso sobre monopolio de una gran tecnológica fue el de Microsoft en 1998.