El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reveló este lunes su “plan ecológico” para reducir la dependencia del país de combustibles fósiles para 2030 y cumplir con otros objetivos climáticos en los próximos siete años.
Los principales ejes de la “ecology à la française”, cuyos detalles se esperaban desde hace tiempo, fueron expuestas en la reunión del Consejo de planificación ecológica en el Palacio del Elíseo. El jefe de Estado abogó por un proyecto “que responda a un triple desafío”: el del cambio climático y sus consecuencias, el del colapso de la biodiversidad y el del fin de la abundancia y la escasez de los recursos.
Una de las metas es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55 % para 2030 en comparación con los niveles de 1990, en línea con lo que busca lograr la Unión Europea. Tras la reunión, Macron estimó que ese objetivo es “alcanzable” y para lograrlo necesitan “ir el doble de rápido” y “conseguir reducir las emisiones en un 5 % al año en el periodo 2022-2030”, frente a una reducción anual del 2 % de los últimos cinco años.
El mandatario francés también confirmó que las dos centrales de carbón que quedan en el país y actualmente representan menos del 1 % de toda la producción eléctrica dejarán de operar y se convertirán en energía de biomasa, que se produce quemando madera, plantas y otros materiales orgánicos, para 2027.
El cierre de las dos centrales estaba previsto inicialmente para el año pasado, pero la crisis energética y el cierre de los reactores nucleares franceses por varios problemas llevaron al Gobierno a retrasar la decisión.
Otro reto en el marco del plan ecológico será impulsar el uso de vehículos eléctricos en Francia. Macron adelantó que su Gobierno presentaría en noviembre un sistema patrocinado por el Estado para permitir a los hogares de ingresos modestos alquilar autos eléctricos de fabricación europea por unos 100 euros (105 dólares) al mes. La iniciativa arrancará el próximo año, empezando con varias decenas de miles de autos, y para 2027 Francia fabricará al menos un millón de vehículos eléctricos y abrirá cuatro plantas de baterías en el norte del país, indicó el presidente.
Además, 13 proyectos de trenes de cercanías en varias grandes ciudades francesas recibirán del Gobierno un paquete de 700 millones de euros (740 millones de dólares) para que la gente pueda utilizar el transporte público en lugar de ir en coche.