La histórica Plaza de Mayo de Argentina en el centro de Buenos Aires, donde a menudo se reúnen multitudes para celebrar o protestar, se ha convertido en el escenario de una vigilia nocturna silenciosa y habitual: un número creciente de personas en situación de pobreza buscan una comida caliente.
El país sudamericano está luchando contra una inflación anual del 124%, que ha elevado los niveles de pobreza a más del 40% y está aumentando la posibilidad de que los votantes den un shock a la elite política al respaldar a un outsider radical en las elecciones generales del próximo mes.
Argentina, que lucha contra una recesión inminente y reservas menguantes de divisas, vio cómo la pobreza alcanzó el 40,1% en el primer semestre de 2023, o casi 12 millones de personas, según mostraron datos oficiales el miércoles. Esto representa un poco más del 39% a finales del año pasado.
La crisis ha golpeado al gobierno peronista de centro izquierda y a su candidato presidencial, el ministro de Economía, Sergio Massa, mientras que el candidato de derecha antisistema, Javier Milei, está volando alto en las encuestas. La conservadora Patricia Bullrich forma el trío de favoritos antes de la votación del 22 de octubre.
Muchos argentinos han aceptado trabajos informales para complementar sus bajos ingresos mientras sobreviven día a día.