El papa Francisco visitó este jueves por sorpresa el barrio de Pimavalle, en la periferia de Roma y habló con los párrocos de la zona, con graves problemas de marginalidad, y donde fue brutalmente asesinada la joven de 17 años Michelle Caruso, en un caso que conmocionó a Italia.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni fue el encargado de informar sobre la visita, mencionando que el Papa Francisco se dirigio a la parroquia de Santa Maria della Salute, en Primavalle, donde ha sido recibido por el vicegerente de la diócesis de Roma, el párroco y el vicepárroco, para mantener un intercambio con los aproximadamente 35 sacerdotes del territorio de la prefectura.
El obispo auxiliar del sector occidental de la capital, Baldo Reina explicó que “fue un diálogo fraterno” y que los temas tratados se referían a los desafíos pastorales con referencia también a los problemas de la zona. Una zona en la que el malestar juvenil y la exclusión social son evidentes, pero en la que viven muchas personas de buena voluntad.
El papa Francisco ha decidido visitar esta prefectura porque recientemente se han producido aquí dos graves acontecimientos: las muertes de dos mujeres Michelle Maria Caruso y Rossella Nappini”.
Michelle Caruso, de 17 años, murió apuñalada el pasado mes de junio por un joven de su edad que tras matarla la metió en un saco y la abandonó en un contenedor de basura, mientras que Rossella Nappini, enfermera de 52 años, fue apuñalada en septiembre por su ex pareja en el pasillo de un edificio del barrio de Primavalle.
A su regreso de Mongolia, el pontífice, respondiendo a una pregunta sobre las periferias italianas y las situaciones de marginaldiad que existen, explicó que “hay que seguir adelante, ir allí y trabajar allí”.