Taiwán ha botado este jueves en un puerto de la ciudad de Kaohsiung su primer submarino de fabricación propia, llamado Hai Kun, para las primeras pruebas de mar. En el caso de que concluyan con éxito, el nuevo sumergible supondrá un gran avance para la isla en materia de la construcción y diseño naval.
La líder taiwanesa Tsai Ing-wen señaló durante la ceremonia de botadura que “en el pasado, un submarino de fabricación local se consideraba imposible” y que la construcción de uno refleja su resolución de proteger la isla.
“Los submarinos son un equipo importante para que la Armada de Taiwán desarrolle un poder de combate asimétrico en términos de estrategia y táctica”, declaró.
Por su parte, Cheng Wen-Ion, jefe del fabricante taiwanés CSBC Corp., que dirigió la construcción de la nave, confesó que el proceso del desarrollo fue “una tortura” y aunque trabajaron en silencio durante los últimos años, “esto no significa que el proceso transcurriera sin complicaciones”.
El submarino recibió su nombre en honor a un pez de proporciones legendarias de la mitología china llamado ‘kun’ y, tras siete años de diseño y construcción, comenzará las pruebas en el puerto antes de dirigirse al océano, las mismas que tendrá que completar con éxito antes de ser entregado a los militares taiwaneses.
El Ministerio de Defensa de China declaró que con la construcción del sumergible Taiwán se dirigió “hacia el camino de su propia destrucción”. “No importa cuántas armas compre el Partido Democrático Progresista, no obstruirá la tendencia mayor de reunificación con la madre patria”, aseguró el coronel Wu Qian, portavoz de la institución.