Integrantes de la UPOEG de Chilpancingo señalaron que a un mes de ataque armado a su base en la comunidad de Buenavista de la Salud, en el cual murieron 4 de sus compañeros, no hay avances en las investigaciones. Señalaron que tres días después del ataque les pusieron una cartulina intimidatoria con las siglas del grupo criminal CJNG.
En los últimos diez años, el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha experimentado una impresionante transformación, pasando de ser una organización delictiva de menor envergadura y alcance local a convertirse en la entidad delictiva más influyente y poderosa en México, señalaron Raúl Benítez Manaut y Josué González, especialistas en seguridad, en una investigación publicada recientemente en el sitio Small Wars Journal.com.
Durante la segunda mitad del 2023, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) puede ser definido como la organización criminal más grande de México, con una impresionante influencia no solo en el país sino también en Estados Unidos y otras partes del mundo. Compite ferozmente por el liderazgo en el mundo del crimen organizado mexicano con el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo-Noreste, destacándose principalmente en el tráfico de drogas ilícitas, que incluye la manufacturación y distribución de metanfetamina, cocaína, heroína y fentanilo.
Sin embargo, lo que hace que el CJNG sea una amenaza aún más preocupante es su diversificación hacia una serie de actividades ilícitas adicionales desde 2015. Estas actividades incluyen extorsión, secuestro, robo de hidrocarburos, tráfico de personas, tráfico sexual de mujeres, entre otras. El CJNG se caracteriza por su capacidad logística para el transporte de drogas, su ejecución de operaciones violentas a través de estructuras paramilitares (sicarios) y su habilidad para el lavado de dinero.
Una de las principales debilidades en la estrategia del gobierno de México para combatir al CJNG es la incapacidad de capturar a su líder, Nemesio Oseguera, conocido como “El Mencho”. Esta falta de éxito en la captura del líder ha permitido que la primera línea del liderazgo de la organización siga operando, otorgándole al CJNG una ventaja significativa sobre el Cártel de Sinaloa. La estrategia conocida como “kingpin strategy,” que se empleó con éxito para capturar líderes en otros carteles, no ha tenido el mismo resultado en el caso del CJNG.
El surgimiento del CJNG es el resultado de una serie de factores complejos. En primer lugar, la “guerra al Narcotráfico” que inició en 2007 durante la presidencia de Felipe Calderón, con el apoyo de Estados Unidos a través de la Iniciativa Mérida, provocó la fragmentación y división de diversos grupos delictivos. Aunque esta estrategia tuvo éxito en la captura de líderes de grupos como Los Zetas, la Familia Michoacana y el Cártel de Sinaloa, no logró su cometido en el caso del CJNG, cuyo líder principal sigue en libertad.
En segundo lugar, esta guerra generó vacíos territoriales y de poder en los diferentes mercados criminales a lo largo del país, lo que permitió que el CJNG consolidara su posición y expandiera sus operaciones de manera significativa.
El Cártel de Jalisco Nueva Generación representa un desafío sin precedentes para la seguridad tanto en México como en la relación bilateral con Estados Unidos. Su capacidad de adaptación y su rápida expansión lo convierten en un actor central en el panorama del crimen organizado, planteando desafíos significativos para las autoridades de ambos países que buscan combatir su influencia y actividades ilícitas.
Los investigadores señalan que, para la expansión territorial y el control de mercados, el CJNG ha disputado fuertes enfrentamientos con diversas agrupaciones criminales. “Entre enero de 2011 y diciembre de 2019, el CJNG estuvo identificado en mil 493 enfrentamientos contra otras agrupaciones. De acuerdo con los datos, el crecimiento fue constante y notorio desde 2013, al pasar de 17 enfrentamientos en 2011, a 597 en 2019, destacan los especialistas, citando información del Programa de Datos sobre Conflictos de la Universidad de Uppsala.
Los investigadores consideran que las diversas estrategias desplegadas por ambos gobiernos, el de Estados Unidos, y el de México no han sido exitosas. “Desde fines del siglo XX se han creado proyectos de cooperación contra el narcotráfico y las organizaciones que lo impulsan. Las principales se dieron desde la implementación de la Iniciativa Mérida en 2007.
No ha sido eficaz el reforzamiento y empleo de las instituciones militares, de justicia y de inteligencia de México en los múltiples programas de cooperación. En los dos países, las raíces sociales y económicas que favorecen al crimen no han sido atacadas con fuerza. En Estados Unidos, la juventud demanda drogas y los mexicanos las abastecen. Se construyen redes internacionales que provienen desde Asia para abastecer productos químicos y las fronteras están virtualmente abiertas para los traficantes”.