La NASA ha solicitado propuestas a la industria espacial para construir una nave destinada a desorbitar de forma segura la Estación Espacial Internacional como parte de su retiro planificado.
Estados Unidos, Japón, Canadá y los países participantes de la ESA (Agencia Espacial Europea) se han comprometido a operar la estación hasta 2030, y Rusia hasta al menos 2028. El complejo orbital empezó a construirse en 1998 y está habitado ininterrumpidamente desde 2000.
Es tan grande como un campo de fútbol: 100 metros de largo y 80 metros de ancho y pesa 455 toneladas.
Una vez finalizado el programa de la Estación Espacial Internacional, la estación será desorbitada de forma controlada para evitar que restos acaben estrellándose en zonas pobladas.
La NASA y sus socios desarrollaron previamente una estrategia y un plan de acción preliminares que evaluaron el uso de múltiples naves espaciales de carga Progress de Roscomos para apoyar las operaciones de salida de órbita. “Estos esfuerzos indican ahora que una nueva solución de nave espacial proporcionaría capacidades más sólidas para un desorbitamiento responsable”. Para iniciar el desarrollo de esta nueva nave espacial, la NASA ha publicado ahora una solicitud de propuesta, según explica en un comunicado.
El USDV (Vehículo de Desorbitación de EE.UU.) se centra en la actividad final de salida de órbita. Será un nuevo diseño de nave espacial o una modificación de una nave espacial existente que debe funcionar en su primer vuelo y tener suficiente redundancia y capacidad de recuperación de anomalías para continuar con el proceso crítico de desorbitación.
Como ocurre con cualquier esfuerzo de desarrollo de este tamaño, el USDV tardará años en desarrollarse, probarse y certificarse. La NASA remolcará la Estación hasta el llamado Punto Nemo, un área de unos 165 millones de kilómetros en el Pacífico, que es el punto más alejado de la tierra.