La inflación interanual del Reino Unido se situó en enero en el 10,1%, frente al 10,5% registrado en diciembre, lo que supone el tercer mes consecutivo de descenso, informó este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, en inglés).
A pesar de esta caída, el Índice de Precios al Consumo (IPC) británico se mantiene cerca de máximos no vistos en casi 40 años.
Según la ONS, la principal contribución a la baja el mes pasado procedió del transporte, los restaurantes y los hoteles, mientras que subieron los precios de las bebidas alcohólicas y el tabaco.
El director económico de la ONS, Grant Fitzner, dijo hoy que, aunque aún está en un nivel alto, “la inflación volvió a disminuir en enero. Esto se debió a la caída del precio de los viajes en avión y autocar después del fuerte aumento del mes pasado”.
El ministro británico de Economía, Jeremy Hunt, declaró hoy a los medios que, “si bien cualquier caída en la inflación es bienvenida, la lucha está lejos de terminar”.
Para frenar el alza de la inflación, el pasado 2 de febrero, el Banco de Inglaterra anunció una nueva subida de 0,5 puntos porcentuales de los tipos de interés, que pasaron del 3,5% al 4%, su nivel más alto en catorce años.
Debido al aumento del coste de vida, el Reino Unido ha vivido en los últimos meses una serie de paros que han secundado distintos sectores -personal de correos, trenes, autobuses, de la sanidad o funcionarios públicos- en reclamo de un incremento salarial.
La deuda acumulada del país se situaba a finales del pasado diciembre en 2,5 billones de libras (3,02 billones de dólares), lo que equivale al 99,5% del PIB, según los últimos datos oficiales.