La megacárcel salvadoreña inaugurada en febrero pasado para albergar a 40.000 pandilleros condenados o detenidos bajo un régimen de excepción opera al 30 % de su capacidad y no registra muertes en su interior, de acuerdo con las autoridades del centro penitenciario.
Varios medios periodísticos visitaron este jueves el Centro de Confinamiento para el Terrorismo (Cecot), catalogado por el Gobierno del presidente Nayib Bukele como la cárcel más grande de Latinoamérica, para registrar imágenes y conocer escuetamente su funcionamiento.
Con rostros cubiertos de tatuajes y vestidos con camisas y pantalones cortos blancos, los pandilleros capturados durante el estado de excepción de El Salvador están llenando gradualmente la nueva mega prisión del país.
“Acá nosotros albergamos miembros activos de pandillas, tanto de la MS13 como de la pandilla 18 Revolucionarios y Sureños”, dijo brevemente el director de la prisión, quien pidió omitir su nombre.
El funcionario señaló que el centro alberga a 12.000 reclusos, lo que representa una ocupación del 30 % de su capacidad, que de acuerdo con el Gobierno es de 40.000.
Sostuvo que “esto va en aumento dependiendo de las directrices de las autoridades” y que entre los privados de libertad se encuentran condenados y procesados.
Inaugurada a principios de este año, la prisión ubicada a 72 kilómetros (45 millas) al sureste de la capital ahora alberga a unos 12.000 pandilleros acusados o condenados, apenas una cuarta parte de su capacidad de 40.000.
Los prisioneros aquí no reciben visitas. No existen programas que los preparen para su reinserción en la sociedad después de cumplir sus condenas, ni talleres ni programas educativos.
El Salvador se encuentra en régimen de excepción, que suspende garantías constitucionales, desde finales de marzo de 2022 tras una escalada de asesinatos atribuida a las pandillas y la medida ha sido extendida en 19 ocasiones por el Congreso.
De acuerdo con organizaciones humanitarias, durante este régimen han fallecido en diferentes cárceles del país centroamericano entre 160 y 300 personas en custodia estatal, de las que la Fiscalía General de la República archivó 142 casos.
El presidente Nayib Bukele ordenó su construcción cuando El Salvador comenzó a realizar arrestos masivos a principios del año pasado en respuesta al aumento de la violencia de las pandillas. Desde entonces, más de 72.000 personas han sido arrestadas por ser presuntos miembros o afiliados a pandillas.
Cuando Bukele inauguró el Centro de Confinamiento Terrorista en febrero, tuiteó: “El Salvador ha logrado pasar de ser el país más peligroso del mundo, al país más seguro de las Américas. ¿Cómo lo hicimos? Encarcelando a los criminales. ¿Hay espacio? Ahora lo hay”. Su ministro de Justicia dijo más tarde que los encarcelados allí nunca regresarían a las comunidades.