La pastelería y la costura de polleras, las amplias faldas características de las cholitas aimaras, se convirtieron en aliadas de la boliviana Flora Silva para promover el empoderamiento de indígenas de Bolivia con las que también comparte el contenido de la ley contra la violencia machista.
Detrás de esta iniciativa está la Asociación “Nayrar Sarapxañani”, vamos adelante en aimara, dirigida por Silva y presidida por el sacerdote español Diego Plá, para emprender programas de educación, nutrición y salud en las comunidades aimaras y quechuas del municipio boliviano de Mocomoco, a unos 218 kilómetros de La Paz.
Con la asociación echaron a andar iniciativas como los comedores para escolares de las comunidades de Pacobamba e Ingas, proyectos de forestación y reciclaje y ahora el programa para mujeres porque son vulnerados sus derecho, explicó Silva.
La boliviana Flora Silva, directora de la Asociación “Nayrar Sarapxañani” (Vamos adelante en aymara), elabora panes, en Mocomoco (Bolivia).
Las comunidades de Mocomoco se sitúan en valles y montañas entre los 3.200 y 4.000 metros de altitud y sus pobladores viven de la producción de papas, maíz y de la crianza de alpacas y ovejas.
Fue precisamente un feminicidio ocurrido hace unos seis años en Mocomoco lo que motivó a la mujer a “hacer algo” para que las nuevas generaciones rompan estos ciclos.
Además vio la necesidad de promover el empoderamiento en las comunidades para que las mujeres “vayan aprendiendo un oficio para generar un ingreso y así poder ayudar en sus casas”, comentó.
Así gestó el programa en el que enseña a las indígenas de Bolivia a coser polleras y enaguas, a preparar bollería y también sobre la ley contra la violencia machista o ley 348.
El trabajo se hace en talleres abiertos para todos los pobladores y también en grupos de mujeres que se reúnen dos veces al mes donde Silva también procura promover valores como el compañerismo o la empatía. Las protagonistas