La premio Nobel de la Paz iraní Narges Mohammadi comenzó este lunes una huelga de hambre para protestar por la negación de cuidados médicos en prisión y el uso obligatorio del velo islámico en el país.
“Narges Mohammadi ha informado a su familia, a través de un mensaje, de que ha comenzado una huelga de hambre”, indicaron en la red social Instagram familiares de la activista, que sufre problemas de salud.
Mohammadi, encarcelada en la prisión de Evin de Teherán, inició la huelga de hambre para denunciar la política de la República Islámica de retrasar y desatender los cuidados médicos de los prisioneros enfermos.
Esa falta de cuidados médicos se traduce en la pérdida de salud y de vidas, de acuerdo con el comunicado difundido por la familia de Mohammadi.
La activista también quiere denunciar la política de muerte o velo obligatorio para las mujeres iraníes.
La familia afirmó que Mohammadi necesita cuidados médicos urgentes en un centro especializado en el pulmón y el corazón, algo a lo que se niegan las autoridades del país persa.
Las autoridades iraníes negaron la semana pasada transportar a Mohammadi a un hospital para someterse a una revisión del pulmón y el corazón porque se negó a usar un hiyab.
La familia expresó este lunes su preocupación por la salud de Mohammadi y afirmó que hacen responsable a la República Islámica de lo que le ocurra a nuestra querida Narges.
El Comité Nobel noruego concedió el mes pasado el prestigioso galardón a Mohammadi por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha para promover los derechos humanos y la libertad para todos.
El Nobel vinculó además el activismo de Mohammadi con las protestas desatadas el año pasado tras la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini, tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico.
El Gobierno iraní consideró la concesión del premio a la activista “como un acto político” y una medida de “presión” de Occidente.