Una manifestación de agricultores tornó caótica la situación en la ciudad de Toulouse, en el sur de Francia.
Al menos un centenar de tractores llegaron de toda la provincia de Occitania, se reunieron en la ciudad en donde se expresaron el descontento de los granjeros jóvenes del país por el impuesto sobre el diésel, así como por la poca visibilidad de la agricultura biológica y una política agrícola común mal orientada.
Los manifestantes escribieron en pancartas el mensaje de “Harto”, el cual fue transmitido a varios de los congregados.
Se quejan los jóvenes granjeros de que solamente ganan 800 euros al mes, y que con esa cantidad de dinero no van a poder aguantar más; sin embargo confían en que la agricultura es y será siempre necesaria y tienen fe que la política cambie, que observen que el aumento de los precios de los combustibles, de los fertilizantes y algunas dificultades para obtener préstamos bancarios se puedan reducir en gran medida.
Los jóvenes aparte de paralizar el tráfico del área metropolitana, protestaron de manera más radical arrojando contenedores de estiércol, fue delante de la administración local en donde los contenedores impidieron la entrada del personal, de la misma forma a manera de protesta, algunos otros granjeros arrojaron huevos a las ventanas el inmueble.
Muchas otras personas quemaron neumáticos y paja en las calles y en la carretera que quedo bloqueada por estas acciones.