Donald Trump ha prometido intensificar su represión contra la inmigración si regresa a la Casa Blanca y ha dejado la puerta abierta para reanudar su política más controvertida -separaciones familiares en la frontera entre Estados Unidos y México- pero aliados clave que podrían unirse a una nueva administración Trump como Las autoridades de inmigración son cautelosas.
Cinco exfuncionarios de Trump y aliados conservadores dijeron que incluso cuando Trump sopesa medidas antiinmigrantes más duras, les preocupa implementar una nueva versión de la política de tolerancia cero de 2018 que separó a miles de niños de sus padres en la frontera suroeste.
Dijeron que les preocupa que se repita la reacción pública generalizada provocada por la política original.
Tom Homan, un exfuncionario de inmigración de Trump y que podría unirse a una segunda administración, mencionó que las separaciones familiares causaron un gran revuelo en el país, todo por la tolerancia cero, sin embargo él considera que en lugar de separarlos, se deben mantener juntos en un centro residencial hasta sus audiencias.
Trump promocionó la eficacia de las separaciones familiares durante una asamblea pública de CNN en mayo y se negó a descartar su reinstauración. Los defendió nuevamente en una entrevista con el canal de televisión en español Univisión que se transmitió el 9 de noviembre.
La postura de línea dura de Trump ha sido aprovechada por la campaña de reelección del presidente demócrata Joe Biden, que dice que es un ejemplo de las políticas extremas que el republicano seguiría si regresara a la Casa Blanca.
Los activistas de derechos civiles están alarmados por los comentarios de Trump y están dispuestos a volver a los tribunales para luchar contra cualquier nueva versión de la política.
La administración Trump lanzó su política de tolerancia cero en abril de 2018 como una forma de desalentar los cruces fronterizos ilegales, incluso por parte de familias. Según la política, los padres fueron acusados de delitos de inmigración y enviados a cárceles, mientras que los niños fueron colocados en refugios.
Trump lo puso fin en junio de 2018 en medio de la reacción violenta y, en cambio, dijo que buscaría detener a las familias juntas. Pero la detención de familias sigue limitada a 20 días según una orden judicial de 2015, tiempo que normalmente no es suficiente para procesar las solicitudes de asilo de las familias y potencialmente deportarlas.
Un obstáculo para Trump podría ser un acuerdo firmado por la administración Biden que prohibiría separaciones similares durante ocho años.