Este martes aparecieron largas colas en las estaciones de autobús y metro de Sao Paulo debido a que una huelga que se oponía a los esfuerzos de privatización del transporte público en la ciudad más grande de Sudamérica provocó retrasos. El tráfico en algunas rutas se paralizó completamente en el área metropolitana de 20 millones de habitantes.
El gobernador del estado de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, quien asumió el cargo en enero, calificó la huelga de irrazonable. Dijo a los periodistas que había hecho campaña para estudiar las privatizaciones, las concesiones y la participación del capital privado en los servicios públicos como forma de atraer inversiones.
El gobernador insistió en que la privatización había sido la posición ganadora en las elecciones y que no aceptar esa posición es no aceptar los resultados de las urnas.
Camila Lisboa, presidenta del Sindicato de Trabajadores del Metro de Sao Paulo, que se opone a la privatización, lamentó declaraciones autoritarias que no consideran el derecho de huelga.
Lisboa afirmó que la privatización conduciría a tarifas más caras y a un servicio deficiente, una posición que también adoptó parte de la oposición.
Una decisión judicial había ordenado que se mantuviera el servicio mínimo durante la huelga, pero ese requisito no fue respetado, dijo el departamento de prensa del estado de Sao Paulo.
Los pasajeros fueron los que sufrieron largos retrasos. Dos líneas de metro y tren dejaron de funcionar.