Roger Waters abogó por detener el “genocidio en Gaza” e hizo un clamor por la defensa de los derechos humanos en una emotiva noche en Bogotá, donde presentó un show cargado de política y de nostalgia en la que los clásicos de Pink Floyd llevaron al público a entregarse a la causa del británico.
En el Coliseo MedPlus, las tribunas y la platea se llenaron para ver al artista de 80 años que visitó por tercera vez la capital colombiana en “This is not a drill”, su gira de despedida con un show marcado por las imágenes de guerra, la teatralidad y las luces.
Comenzó el espectáculo con una versión lenta de “Comfortbly Numb” y con una representación teatral en la que aparecía un paciente psiquiátrico en el escenario acompañado por un fondo de una ciudad distópica, como el mundo en el que dice Waters que vivimos.
Luego el artista apareció en tarima y encendió al público con “The happiest days of our lifes” y “Another Brick in the wall Part II”, clásicos que acompañó con mensajes como “¿Somos malvados?” que llenaron las cuatro pantallas que conformaban la escenografía.
También aparecieron en pantalla fotografías y clips de expresidentes estadounidenses como George Bush, Barack Obama o Donald Trump, a los que acusó de ser criminales de guerra.
“Buenas noches Bogotá”, fueron las primeras palabras que dijo al público, que respondió con un “Olé, olé, olé, Roger, Roger”.
El espectáculo siguió avanzando y uno de los momentos más emotivos fue cuando empezaron a sonar los acordes de “Wish you were here”, mientras en las pantallas se leía la historia de cómo Waters y Syd Barrett crearon Pink Floyd.
“Cuando pierdes a alguien que amas sirve para recordarte que esto no es un simulacro. ¿Verdad que sí?”, fue el mensaje con el que cerró una de las más icónicas canciones de la agrupación británica y recordó a su amigo.
La primera parte del show cerró con “Sheep”, uno de los más reconocidos temas del álbum Animals en el que una oveja gigante sobrevoló el coliseo, mientras en las pantallas el artista invitaba a los asistentes a resistir al capitalismo, al fascismo, a la guerra y al genocidio.
Tras un descanso de unos 15 minutos, por los aires del coliseo flotó un cerdo gigante y sonaron los acordes de “In the flesh”, tras lo cual interpretó “Run like hell” y el público enloqueció porque justamente las canciones del álbum “The Wall” eran algunas de las que más esperaba.
Asimismo, interpretó otras canciones que emocionaron a los asistentes como “Us and them” o “Brian Damage”, mientras en las pantallas salían mensajes abogando por los derechos de los palestinos, los refugiados, los indígenas y los trans, así como por los derechos reproductivos.
“Ojalá podamos persuadir a nuestros líderes de que las armas nucleares son una pérdida de tiempo y de dinero”, expresó Waters antes de interpretar “Two suns in the sunset”.
En el cierre, el británico elogió al presidente colombiano, Gustavo Petro, y recordó que había pedido en las redes sociales votar por él en las elecciones de 2022.
Igualmente pidió que se detenga el “genocidio en Gaza”, algo a lo que hizo referencia con imágenes durante las más de dos horas que duró su espectáculo. Luego sonó “Outside the Wall” y emocionado se despidió del público que lo recibió con los brazos abiertos para decirle adiós con la esperanza de que no sea un hasta siempre.