Un plan de la Unión Europea para gravar la contaminación de carbono emitida para fabricar bienes importados de países como India y China ha provocado un debate en la conferencia climática de las Naciones Unidas en Dubai, ya que los países más pobres temen que tales aranceles perjudiquen los medios de vida y el crecimiento económico.
A través del impuesto, la UE espera fijar un precio al carbono emitido para fabricar productos de uso intensivo de energía como hierro, acero, cemento, fertilizantes y aluminio en otros países. El objetivo es reducir las emisiones de las importaciones y crear igualdad de condiciones para los productos fabricados en el bloque europeo que deben cumplir estándares ecológicos más estrictos.
La cuestión toca un dilema central con el que los responsables de la formulación de políticas están lidiando (y regateando) en la conferencia climática COP28 en Dubai: cómo lograr que el mundo sea más ecológico sin alterar las economías en desarrollo más frágiles.
A los países en desarrollo les preocupa que el impuesto previsto en el Mecanismo de Ajuste Fronterizo de Carbono previsto por la UE perjudique a sus economías y encarezca demasiado el comercio con el bloque.
“El único objetivo de CBAM es prevenir la fuga de carbono” en otras partes de la cadena de suministro, dijo a los periodistas en la conferencia COP28 el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra. Dijo que el impuesto es crucial para financiar y lograr el objetivo climático de la UE de reducir las emisiones en un 55% para 2030.
Un estudio reciente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo encontró que un impuesto de 44 dólares por tonelada de carbono emitida reduciría a la mitad la contaminación de la cadena de suministro. También estimó que los países ricos ganarían 2.500 millones de dólares con el impuesto, pero los países más pobres podrían perder hasta 5.900 millones de dólares.
Otros en países más ricos, incluidos Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos, están tratando de hacer lo mismo.
El gobierno de la India es uno de los que se oponen firmemente a la idea. El exsecretario del acero, Aruna Sharma, instó al gobierno de Nueva Delhi a continuar oponiéndose al impuesto, pero dijo que las industrias necesitan invertir para reducir su huella de carbono tanto para las exportaciones como para los bienes nacionales.
Los expertos en política comercial y climática dicen que muchos países en desarrollo temen quedar excluidos de los mercados occidentales porque no podrán limpiar sus negocios lo suficientemente rápido. También les preocupa verse atrapados en conflictos entre China y Occidente, ya que China es vista como el principal objetivo del impuesto al carbono de la UE.