Armenia y Azerbaiyán intercambiaron prisioneros de guerra este miércoles, en línea con un acuerdo anunciado la semana pasada que también prometió que los dos países trabajarían para lograr un tratado de paz y fue aclamado por la Unión Europea como un paso importante hacia la paz en la tumultuosa región.
Azerbaiyán trajo de regreso a dos militares, mientras que 32 soldados regresaron a Armenia, informaron funcionarios de ambos países.
Azerbaiyán llevó a cabo una campaña militar relámpago en septiembre en la región separatista de Nagorno-Karabaj. La ofensiva puso fin a tres décadas de gobierno de etnia armenia y provocó que la gran mayoría de los 120.000 residentes huyeran de la región, reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán.
En su declaración conjunta de la semana pasada, los dos países dijeron que comparten la opinión de que existe una oportunidad histórica de lograr una paz tan esperada. Dijeron que tienen la intención de “normalizar las relaciones y alcanzar el tratado de paz sobre la base del respeto a los principios de soberanía e integridad territorial”.
También prometieron continuar las discusiones sobre la implementación de más medidas de fomento de la confianza y pidieron apoyo a la comunidad internacional que contribuirá a generar confianza mutua entre dos países.
La declaración conjunta se produjo después de que los dos países pasaran meses discutiendo amargamente sobre el esquema de un proceso de paz en medio de la desconfianza mutua.
Como parte del acuerdo, Armenia también acordó levantar sus objeciones a que Azerbaiyán sea anfitrión de la conferencia internacional sobre cambio climático del próximo año.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, elogió el acuerdo como un avance importante y dijo en X que acoge con especial satisfacción el acuerdo para liberar a los detenidos y lograr una “apertura sin precedentes en el diálogo político”.
Michel pidió a Armenia y Azerbaiyán que finalicen un acuerdo de paz lo antes posible.