El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se ha reincorporado a la actividad política tras las fiestas navideñas acosado por su desplome en las encuestas y una nueva polémica por sus vacaciones familiares en un lujoso complejo turístico del Caribe.
Desde que Trudeau concluyó el viernes sus vacaciones con sus hijos y su esposa, de la que está separado oficialmente desde agosto de 2023, en una villa de Jamaica que cuesta 6.900 dólares estadounidenses la noche, el primer ministro canadiense está evitando enfrentarse a la prensa.
Este martes, Trudeau no tiene previsto ningún acto público. El político liberal tampoco tiene que asistir a la sesión diaria de control parlamentario porque la Cámara Baja no reinicia su actividad hasta el 29 de enero.
El lunes, Trudeau estuvo en Toronto en una ceremonia en recuerdo de las víctimas del vuelo PS752 de Ukranian International Airlines (UIA), que fue derribado por las fuerzas armadas iraníes el 8 de enero de 2020 causando la muerte a 176 personas, en su mayoría ciudadanos canadienses o residentes en el país.
Pero Trudeau sólo pronunció un discurso y no estuvo disponible para responder las preguntas de los periodistas sobre unas vacaciones de nueve días que habrían costado 100.000 dólares estadounidenses.
El único que ha dado la cara ante el público es el nuevo líder en la Cámara Baja del Partido Liberal de Canadá, Steve MacKinnon, quien el lunes se vio forzado a defender las vacaciones navideñas de Trudeau en su primera aparición ante los medios.
Y aunque la Oficina de Conflictos de Interés y Ética de Canadá parece haber aprobado el último viaje de Trudeau, las apariencias de unas vacaciones de lujo cuando muchos canadienses sufren para hacer frente al acusado incremento del coste de la vida no están sentando bien a los ciudadanos.
Ya antes del escándalo de las vacaciones caribeñas Trudeau y los liberales se enfrentaban a una oleada de descontento popular hasta el punto que el viernes Nik Nanos, el responsable de una de las principales empresas de encuestas del país (Nanos Research), calificó 2023 como “un año horrible” para el partido gubernamental.
Según Nanos, sólo el 23 % de los canadienses consideran que el Gobierno está haciendo un buen trabajo, 37 puntos menos que en 2015, cuando Trudeau llegó al poder.
Con la opinión pública en contra y un Gobierno en minoría que sólo sobrevive gracias al apoyo puntual del socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), en estos momentos, los analistas prevén que Trudeau no sobrevivirá hasta las próximas elecciones y que tendrá que convocar elecciones anticipadas este año.