El juicio civil por fraude contra el expresidente Donald Trump en Nueva York, que comenzó el pasado octubre, llegó a su fin con los argumentos finales de su defensa y la Fiscalía del estado que lo acusó.
Según el juez Arthur Engoron que lo presidió, hará lo razonable por dejar su veredicto antes de que termine el mes, “pero no hay garantía” de que se cumpla.
“Ahora depende de mí”, señaló el magistrado antes de dar por terminado el largo proceso judicial, en el que, contrariamente a lo que dijo ayer, permitió la palabra a Trump para defender su inocencia.
La Fiscalía acusó en este caso a Donald Trump, -que busca ser nuevamente candidato republicano a la presidencia y retornar a la Casa Blanca, sus dos hijos mayores y dos antiguos empleados de la Organización Trump.
Los acusa de inflar los activos de la compañía durante años para obtener mejores condiciones en préstamos y otros beneficios económicos y ha pedido que se le aplique una multa de 370 millones de dólares.
También pidió que Donald Trump, un millonario inversor de bienes raíces, no pueda hacer negocios inmobiliarios de por vida en Nueva York ni dirigir o ser funcionario de una corporación.
El pasado septiembre, previo al juicio, Engoron ya había declarado a Trump responsable de un cargo de fraude.
Durante la presentación de los argumentos finales, el abogado de Trump, Christopher Kise, reiteró sus críticas a la fiscal general del estado, Letitia James, por no haber presentado durante el juicio no evidencias que prueben comprobar la acusación de fraude.
Argumentó igualmente que ninguna institución financiera ha emitido un informe de “mala conducta, actividad sospechosa o fraudulenta” contra Donald Trump ni hay víctimas como resultado del presunto fraude.
Antes del receso para almorzar, sorprendió que el juez diera un giro en la orden del día anterior y permitiera que Trump hablara en su defensa, tiempo que aprovechó para reiterar que es “un hombre inocente”, que no ha “hecho nada malo”, atacar a la fiscal general y reiterar que es víctima de una “caza de brujas”.
La Fiscalía tuvo a cargo los argumentos finales en los que reiteró que los estados financieros de Donald Trump fueron falsos todos los años desde 2011 hasta 2021, y esa falsedad llegó a ser en un año (2014) de hasta 2.200 millones de dólares.
También destacó que los hijos de Donald Trump acusados en este caso ya no son niños, sino adultos, “totalmente responsables de sus actos”.
Al final del proceso, la fiscal James, quien hoy no asistió a la audiencia y durante semanas ha sido principal blanco de los ataques de Donald Trump, bajó las escalinatas para hacer una declaración: “Este caso nunca ha sido sobre política, venganza personal o insultos. Este caso trata sobre los hechos y la ley, y el señor Trump violó la ley”.
Recordó que ya el juez le halló culpable de fraude y aseguró que los ataques personales “realmente no me molestan”, señaló el diario New York Times.