El régimen de Irán ha condenado a muerte a otras tres personas, acusadas de asesinar a tres miembros de las fuerzas de seguridad durante las protestas desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini, informó el lunes el poder judicial.
La república islámica se ha visto sacudida por disturbios civiles desde la muerte, el 16 de septiembre, de la iraní de origen kurdo Amini, de 22 años, tras su detención por violar supuestamente el estricto código de vestimenta iraní para las mujeres.
Las últimas sentencias, que aún pueden recurrirse, elevan a 17 el número total de personas condenadas a muerte en relación con los más de tres meses de protestas.
Cuatro de los condenados han sido ejecutados y otros dos están en el corredor de la muerte tras ser confirmadas sus sentencias por el Tribunal Supremo del país.
Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi y Saeed Yaghoubi fueron condenados a muerte por “moharebeh”, o “guerra contra Dios”, según la ley islámica iraní, informó el sitio web de noticias Mizan Online.
Además, todos fueron declarados culpables de pertenecer a un “grupo criminal con la intención de perturbar la seguridad del país”, cargo que conlleva una pena de 10 años de cárcel.
Otros dos fueron condenados a penas de prisión por el incidente que provocó la muerte de los tres miembros de las fuerzas de seguridad en la provincia central de Isfahan el 16 de noviembre, según Mizan.
Uno de ellos es el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani, de 26 años, condenado a un total de 26 años de prisión por tres cargos distintos, entre ellos el de colaborar en el “moharebeh”.
Sin embargo, según la legislación iraní, debería cumplirlas simultáneamente, lo que significa que estaría entre rejas 16 años.
El caso de Nasr-Azadani y el riesgo de que fuera condenado a muerte habían suscitado alarma en el extranjero, principalmente por parte de FIFPRO, el sindicato mundial de futbolistas profesionales.
Azadani ha militado en diversos clubes de Irán y durante las temporadas 16-17 y 18-19 lo hizo en el Tractor Sazi, equipo por el que acaba de fichar el técnico español Paco Jémez.
Todas las sentencias anunciadas pueden recurrirse ante el Tribunal Supremo del país, señaló Mizan.
Mizan publicó vídeos de las sesiones judiciales, junto con imágenes de circuito cerrado de televisión que supuestamente mostraban los delitos cometidos y las confesiones de los acusados.
Las autoridades iraníes afirman que cientos de personas, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad, han muerto y miles han sido detenidas durante las protestas, que en general han calificado de “disturbios”.
Teherán acusa a países extranjeros hostiles y a grupos de la oposición de avivar los disturbios.
El sábado, Irán ejecutó a Mohammad Mehdi Karami y Seyed Mohammad Hosseini por matar a un miembro de las fuerzas paramilitares en noviembre, en Karaj, al oeste de Teherán.
Otros dos hombres, Mohsen Shekari y Majidreza Rahnavard, fueron condenados a muerte en diciembre por otros atentados contra las fuerzas de seguridad.
Las ejecuciones han provocado la indignación mundial y nuevas sanciones occidentales contra Teherán.
Según el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional, con sede en Londres, Irán es el segundo país después de China en el uso de la pena de muerte, con al menos 314 personas ejecutadas en 2021.