Miles de agricultores marcharon en la capital de Polonia y los agricultores españoles cortaron el tráfico en las carreteras cercanas a la frontera francesa el martes en las últimas protestas contra las importaciones de alimentos de Ucrania y las políticas agrícolas de la Unión Europea. Las acciones siguen a protestas similares en toda Europa en las últimas semanas, y se producen en un momento en que Occidente experimenta una creciente fatiga al ayudar a los ucranianos en su intento de hacer retroceder la invasión de Rusia.
Los agricultores y sus partidarios tocaron bocinas y quemaron bombas de humo con los colores blanco y rojo de la bandera nacional frente al parlamento polaco en Varsovia antes de marchar hacia las oficinas del primer ministro Donald Tusk. El ayuntamiento de Varsovia estimó que participaron 10.000 personas.
Los manifestantes quieren una retirada del Acuerdo Verde de la UE, un plan destinado a luchar contra el cambio climático y ayudar al medio ambiente con medidas que, según ellos, son demasiado costosas.
Los manifestantes también exigen una prohibición de las importaciones de cereales y otros productos ucranianos y alegan que la peor calidad de los productos ucranianos está perjudicando el suministro de alimentos del país y poniendo en peligro su importante sector agrícola. Están enojados con la UE por haber levantado los aranceles a las importaciones de alimentos ucranianos, mientras que Ucrania -un importante productor de alimentos- buscaba formas de llevar sus alimentos a los mercados globales mientras la guerra obstaculizaba el transporte en el Mar Negro.
La oleada de protestas en los 27 miembros de la UE se ha convertido en un gran desafío para los líderes, la mayoría de los cuales apoya firmemente a Ucrania, pero se ven obligados a responder a la creciente ira social.
Tusk también dijo que el Acuerdo Verde de la UE tiene objetivos climáticos dignos de elogio, pero que algunas disposiciones son una carga difícil de soportar, especialmente para los productores agrícolas medianos y pequeños.
Tusk también señaló que los productores de alimentos de la UE no pueden competir con los ucranianos porque los estándares que se exigen a los productores agrícolas europeos y polacos son muy altos. No hay requisitos de procedimiento ni normas exigidas a los alimentos ucranianos.
Tusk insistió la semana pasada en que los agricultores polacos en general no son antiucranianos, señalando que muchos de ellos son las mismas personas que han brindado ayuda a los refugiados ucranianos. Pero los funcionarios polacos también están preocupados por el riesgo de que elementos prorrusos se infiltren en el movimiento campesino para agitar sentimientos antiucranianos.
Desde Italia hasta España, Bélgica y otros lugares, las protestas de los agricultores han convertido su difícil situación en un tema político clave antes de las elecciones parlamentarias del 6 al 9 de junio en la UE.
En España, el martes, los agricultores cortaron el tráfico en las autopistas del noreste de Cataluña, en la frontera con Francia. Los agricultores españoles han estado protestando regularmente en las últimas semanas, y varios cientos de tractores llegaron a Madrid el miércoles pasado en su mayor demostración de fuerza hasta el momento.
La Comisión de la UE ya ha hecho algunas concesiones a los agricultores, incluido posponer un recorte en el uso de pesticidas hasta después de las elecciones.