Un grupo paramilitar sudanés que lucha contra el ejército del país en un ruinoso conflicto que dura casi un año respaldó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pide un alto el fuego durante el mes sagrado musulmán del Ramadán.
El grupo, conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido, dijo en un comunicado que espera que la resolución, adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el viernes, ayude a entregar asistencia humanitaria crucialmente necesaria a millones de sudaneses atrapados en los combates en todo el país del noreste de África.
Se espera que el Ramadán, durante el cual los musulmanes adultos deben ayunar desde el amanecer hasta el atardecer, comience el lunes o alrededor de esa fecha, dependiendo del avistamiento de la luna creciente.
RSF dijo que considera la iniciativa como una oportunidad crucial para qué las partes en conflicto se embarquen en negociaciones para encontrar una solución política al conflicto.
El ejército de Sudán ya ha apoyado un llamado del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para un alto el fuego durante el Ramadán. En su llamamiento del jueves, Guterres advirtió que el conflicto amenaza la unidad de Sudán y podría provocar una inestabilidad regional de proporciones dramáticas.
Sudán se sumió en el caos en abril del año pasado, cuando las tensiones latentes desde hacía mucho tiempo entre su ejército, liderado por el general Abdel Fattah Burhan, y el paramilitar de las Fuerzas de Apoyo Rápido comandado por Mohammed Hamdan Dagalo estallaron en batallas callejeras en la capital, Jartum. Los combates estallaron durante el Ramadán del año pasado.
Los combates se extendieron a otras partes del país, especialmente a zonas urbanas, pero en la región occidental de Darfur, en Sudán, adquirieron una forma diferente, con ataques brutales de las Fuerzas de Apoyo Rápido, dominadas por los árabes, contra civiles de etnia africana. Miles de personas han sido asesinadas.
La directora del Programa Mundial de Alimentos, Cindy McCain, dijo que el conflicto corre el riesgo de crear la mayor crisis de hambre del mundo, con unos 18 millones de personas en todo Sudán enfrentando hambre aguda, incluidos 5 millones que enfrentan la hambruna.
El conflicto ha desarraigado a más de 10 millones de personas a zonas más seguras dentro de Sudán o a países vecinos, según agencias de la ONU. Sudán del Sur recibió a 600.000 personas que huyeron de los combates en Sudán.