La escalada de violencia en la región oriental del Congo ha desplazado al menos a 250.000 personas en el último mes, dijo el miércoles un alto funcionario de las Naciones Unidas, describiendo la situación como una crisis humanitaria sin precedentes. Lejos de la capital del país, Kinshasa, el este del Congo ha sido invadido durante mucho tiempo por más de 120 grupos armados que buscan una parte del oro y otros recursos de la región mientras llevan a cabo asesinatos en masa. El resultado es una de las mayores crisis humanitarias del mundo, con alrededor de 7 millones de personas desplazadas, muchas de ellas fuera del alcance de la ayuda.
Para Ramesh Rajasingham, director de coordinación de la oficina humanitaria de la ONU la situación que se vive en el Congo es realmente horrible y desgarradora. El funcionario visitó la ciudad de Goma, lugar en donde un gran número de personas desplazadas se refugiaron en poco tiempo, algo sin precedentes.
En medio de la intensificación de los combates con las fuerzas de seguridad, el grupo rebelde M23, el más dominante en la región y con presuntos vínculos con la vecina Ruanda, ha seguido atacando aldeas, obligando a muchos a huir a Goma, la ciudad más grande de la región, cuya población estimada en 2 millones de personas es ya desbordada y con recursos inadecuados, aunque ellos afirman no atacar a los civiles, se ha dedicado a sitiar varias comunidades, dejando atrapados a muchos pobladores sin que la ayuda humanitaria llegue a ellos.
Reelegido para un segundo mandato de cinco años en diciembre, el presidente congoleño Felix Tshisekedi ha culpado a la vecina Ruanda de brindar apoyo militar a los rebeldes. Ruanda niega la afirmación, pero los expertos de la ONU han dicho que hay pruebas sustanciales de que sus fuerzas están en el Congo.
Rajasingham dijo que las agencias humanitarias están haciendo todo lo posible para llegar a los afectados por el conflicto, pero advirtió que una enorme afluencia de personas está planteando desafíos más allá de los que podemos afrontar en este momento.