El secretario general de la ONU, António Guterres, se paró cerca de una larga fila de camiones que esperaban y declaró que era hora de inundar verdaderamente Gaza con ayuda para salvar vidas calificando la hambruna dentro del enclave como una indignación moral. Instó a un alto el fuego inmediato entre Israel y Hamás. Guterres habló en el lado egipcio de la frontera, no lejos de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, donde Israel planea lanzar un ataque terrestre a pesar de las advertencias generalizadas de una posible catástrofe. Más de la mitad de la población de Gaza se ha refugiado allí.
“Cualquier nuevo ataque empeorará aún más las cosas: peor para los civiles palestinos, peor para los rehenes y peor para toda la gente de la región”, dijo Guterres.
Habló un día después de que el Consejo de Seguridad de la ONU no lograra llegar a un consenso sobre la redacción de una resolución patrocinada por Estados Unidos que apoya un alto el fuego inmediato y sostenido.
Guterres señaló repetidamente las dificultades para llevar ayuda a Gaza, de las cuales las agencias de ayuda internacionales han culpado en gran medida a Israel.
Alrededor de 7.000 camiones de ayuda están esperando en la provincia egipcia del Sinaí del Norte para ingresar a Gaza, dijo el gobernador Mohammed Abdel-Fadeil Shousha en un comunicado.
Guterres añadió: “Es hora de que Israel se comprometa férreamente a lograr un acceso total a Gaza para los bienes humanitarios y, en el espíritu de compasión del Ramadán, también es hora de la liberación inmediata de todos los rehenes”. Más tarde dijo a los periodistas que deberían producirse al mismo tiempo un alto el fuego humanitario y la liberación de rehenes.