La distribución de alimentos es parte de un programa financiado por la agencia de ayuda estadounidense USAID e implementado por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas. Su objetivo es ayudar a algunos de los 2,7 millones de personas de las zonas rurales de Zimbabwe amenazadas por el hambre debido a la sequía que ha envuelto gran parte del sur de África desde finales de 2023. Ha quemado los cultivos que decenas de millones de personas cultivan y de los que dependen sobrevivir, ayudados por lo que debería ser la temporada de lluvias.
La sequía en Zimbabwe, los vecinos Zambia y Malawi ha alcanzado niveles críticos. Zambia y Malawi han declarado desastres nacionales. Zimbabwe podría estar a punto de hacer lo mismo. La sequía ha llegado a Botswana y Angola al oeste, y a Mozambique y Madagascar al este.
En Mangwe, los jóvenes y los viejos hacían fila para recibir comida, algunos con carros tirados por burros para llevar a casa lo que pudieran conseguir, otros con carretillas. Los que esperaban su turno se sentaron en el suelo polvoriento. Cerca de allí, una cabra probó suerte mordisqueando un arbusto espinoso y espinoso.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia dice que hay crisis superpuestas de clima extremo en África oriental y meridional, y que ambas regiones se tambalearon entre tormentas e inundaciones, calor y sequía durante el año pasado.
En el sur de África, se estima que 9 millones de personas, la mitad de ellas niños, necesitan ayuda en Malawi. Más de 6 millones de personas en Zambia, 3 millones de ellos niños, se ven afectados por la sequía, dijo UNICEF. Esto es casi la mitad de la población de Malawi y el 30% de la de Zambia.
Si bien el cambio climático provocado por el hombre ha provocado un clima más errático a nivel mundial, hay algo más que reseca el sur de África este año.
El Niño, el fenómeno climático natural que calienta partes del Océano Pacífico cada dos a siete años, tiene diversos efectos en el clima mundial.
El impacto es más severo para aquellos en Mangwe, donde es notoriamente árido. La gente cultiva sorgo y mijo perla, cultivos que resisten la sequía y ofrecen posibilidades de cosecha, pero ni siquiera ellos resistieron las condiciones este año.
La gente está cruzando ilegalmente a Botswana en busca de comida y el hambre está convirtiendo en criminales a personas que de otro modo serían trabajadoras, añadió.
Desde entonces, el presidente de Zambia, Hakainde Hichilema, ha dicho que 1 millón de los 2,2 millones de hectáreas del cultivo básico de maíz de su país han sido destruidos. El presidente de Malawi, Lazarus Chakwera, ha pedido 200 millones de dólares en asistencia humanitaria.