Japón dijo que sus expertos han mantenido conversaciones con sus homólogos chinos para tratar de calmar las preocupaciones de Beijing sobre la descarga al mar de aguas residuales radiactivas tratadas de la destrozada planta de energía nuclear de Fukushima Daiichi.
Los vertidos han encontrado la oposición de grupos pesqueros y países vecinos, especialmente China, que prohibió todas las importaciones de productos del mar japoneses. La medida de China ha afectado en gran medida a los productores y exportadores japoneses de vieiras a China.
Durante las conversaciones celebradas en la ciudad de Dalian, en el noreste de China, funcionarios japoneses proporcionaron explicaciones basadas en la ciencia de cómo las descargas se han llevado a cabo de forma segura según lo previsto, según el Ministerio de Asuntos Exteriores japonés.
Tras una década del terremoto y el tsunami ocurridos en 2011 que dañaron el suministro de energía de la planta de Fukushima y las funciones de enfriamiento del reactor, provocando la acumulación de grandes cantidades de aguas residuales radiactivas.
La planta comenzó a descargar el agua después de tratarla al menos una vez y diluirla con agua de mar el 24 de agosto, iniciando un proceso que se espera que lleve décadas, por el poco espacio de almacenamiento con el que cuenta la planta.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente chino, Xi Jinping, en su cumbre de noviembre acordaron mantener conversaciones científicas con expertos, y desde entonces los países han celebrado una serie de reuniones informales. La declaración del domingo del Ministerio de Asuntos Exteriores japonés fue su primer reconocimiento público de las conversaciones.
La reunión se produce justo después de la visita del director del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Mariano Rafael, a la planta a mediados de marzo, confirmando que las descargas en curso se han llevado a cabo de forma segura según lo previsto.