Más de 20 países de África han relajado las restricciones al aborto en los últimos años, pero los expertos dicen que muchas mujeres probablemente no se dan cuenta de que tienen derecho a un aborto legal. A pesar de la legalidad ampliada del procedimiento en lugares como Ghana, Congo, Etiopía y Mozambique, algunos médicos y enfermeras dicen que se han vuelto cada vez más cautelosos a la hora de practicar abortos abiertamente. Temen provocar la ira de los grupos de oposición que se han envalentonado desde la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos en 2022 que anuló el derecho nacional al aborto.
Personal que trabaja en las clínicas afirman que se ofrece el servicio, pero no se anuncia de manera abierta, ya que la gente mientras no se dé cuenta que se hace de manera abierta, no le genera problemas.
El Protocolo de Maputo, un tratado de derechos humanos vigente desde 2005 para los 55 países de la Unión Africana, dice que todas las naciones del continente deberían garantizar a las mujeres el derecho a un aborto con medicamentos en casos de violación, agresión sexual, incesto y peligro para la vida, además de la salud física o mental de la madre o del feto.
África es la única a nivel mundial que cuenta con un tratado de este tipo, pero más de una docena de sus países aún no han aprobado leyes que permitan a las mujeres acceder al aborto. Incluso en aquellos que han legalizado el procedimiento, persisten obstáculos para el acceso. Y la desinformación está muy extendida en muchos países, y un estudio reciente critica las prácticas de Google y Meta.
En toda África, MSI Reproductive Choices, que ofrece anticonceptivos y abortos en 37 países de todo el mundo, informa que su personal ha sido atacado repetidamente por grupos antiabortos. El grupo cita acoso e intimidación del personal en Etiopía. Y en Nigeria, la clínica de MSI fue allanada y cerrada temporalmente después de acusaciones falsas de que el personal había accedido ilegalmente a documentos confidenciales.
El Congo, uno de los países más pobres del mundo, introdujo una ley en 2018 que permite abortos en las primeras 14 semanas de embarazo en casos de violación, incesto y riesgos para la salud física o mental de la mujer.
También puede ser difícil encontrar información y lenguaje precisos en línea. La semana pasada, un estudio de MSI y el Centro para Contrarrestar el Odio Digital encontró que Google y Meta, que opera Facebook, Instagram y WhatsApp, restringieron el acceso a información precisa sobre el aborto en países como Ghana, Nigeria y Kenia.
El estudio dijo que los gigantes tecnológicos prohibieron a los proveedores locales de servicios de aborto anunciar servicios, al tiempo que aprobaron anuncios pagados de grupos antiabortos que promovían afirmaciones falsas sobre los esfuerzos de despenalización como parte de una conspiración global para “eliminar” a las poblaciones locales.