El papa Francisco ha simplificado el ritual del funeral de los papas y su cuerpo no será expuesto en público, según revela en el libro “El Sucesor”, donde aborda por primera vez su relación con Benedicto XVI y confirma que será enterrado en la basílica de Santa María La Mayor y no en las grutas vaticanas.
En este libro-entrevista, Francisco asegura que el funeral de Benedicto XVI fue el último que se llevó a cabo con el actual protocolo fúnebre y que en el caso del papa emérito todo lo decidió su secretario histórico, el alemán Georg Gänswein.
Afirmó que fue el último velatorio hecho así, donde el cuerpo fue expuesto fuera del ataúd, en un catafalco. Confirmó que el suyo será con dignidad, como la de cualquier cristiano, no sobre almohadones. Este tipo de velatorios siempre le han parecido excesivos.
Durante los días del velatorio de Benedicto en San Pedro, la basílica cerraba sus puertas en torno a las siete de la tarde y no volvían a abrirse hasta las siete y media de la mañana; además de organizar la entrada por una puerta lateral para que personas cercanas e invitados de los habitantes del monasterio Mater Ecclesiae, donde vivía el papa emérito, pudieran rezar allí también a lo largo de la noche.
“Ya no se hará una ceremonia para el cierre del ataúd. Se hará todo en la misma ceremonia, como con cualquier cristiano. Además, en mi caso me van a tener que llevar a la basílica de Santa María la Mayor. Cuando termine el funeral, que me lleven allá”, confirmó el papa.
Explicó tener una gran devoción a Santa María la Mayor, ya desde antes de ser papa, desde siempre. Allí ya está todo preparado. Justo después de la escultura de la Reina de la Paz hay un pequeño recinto, una puerta que da a un cuarto que usaban para guardar los candelabros, confirmando que ese el lugar que gusta, para su sepultura.