El secretario general de la ONU, mantuvo el fin de semana una llamada con el ministro de Asuntos Exteriores iraní, a quien le pidió frenar las hostilidades.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo que Guterres hizo los comentarios durante una conversación telefónica con el ministro de Asuntos Exteriores de Irán tras el ataque del fin de semana de Teherán contra Israel. Dujarric dijo que Guterres habló con el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, el lunes.
Dujarric dijo que el jefe de la ONU no habló con ningún alto funcionario israelí, pero que el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, escuchó su llamado durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad el domingo para un cese inmediato de las hostilidades.
Guterres reiteró su condena del ataque al consulado iraní en la capital de Siria, Damasco, el 1 de abril, que violó el principio de inviolabilidad de los locales diplomáticos según las convenciones de Viena.
Dujarric dijo a los periodistas el martes que el llamado del secretario general a la moderación era claro: “No queremos ver otro ciclo de ojo por ojo, que no es una política que conduzca a la paz”.
Durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad el domingo, Guterres advirtió que Oriente Medio está al borde del abismo y que es hora de dar un paso atrás.
Los líderes mundiales han instado a Israel a no tomar represalias después de que Irán lanzara cientos de aviones no tripulados y misiles durante el fin de semana en una misión sin precedentes que acercó a Oriente Medio a una guerra regional. El ataque ocurrió menos de dos semanas después de que un presunto ataque israelí en Siria matara a dos generales iraníes en un edificio consular iraní.
Las tensiones en la región han aumentado desde el inicio de la última guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre, cuando Hamás y la Jihad Islámica, dos grupos militantes respaldados por Irán, llevaron a cabo un ataque transfronterizo que mató a 1.200 personas en Israel y secuestró a 250 otros. Israel respondió con una ofensiva en Gaza que causó una devastación generalizada y mató a más de 33.800 personas, según funcionarios de salud locales.
