Casi una tercera parte de las presas del país se encuentran en niveles críticos, ya que de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), 65 de las 210 presas del país están entre 0 y 20 por ciento de su capacidad total, un nivel mínimo de almacenamiento, y no es recomendable extraer agua debido al peligro de contaminación.
De acuerdo con diversos estudios, en el 2023, hasta abril, solo tres regiones del país experimentaban sequía extrema.
Sin embargo, para el mismo mes de 2024, la situación se agravó considerablemente, con seis estados afectados por sequía extrema y 20 estados con sequía severa, además, 11 entidades sufren sequía excepcional, mientras que el año anterior no había ninguna.
Especialistas señalan que para observar los efectos del cambio climático en el clima del país, se deben analizar eventos de por lo menos 30 años atrás.
En México, la extensión del fenómeno se ha hecho más evidente en los últimos años, con consecuencias como olas de calor más intensas y constantes, sequía prolongada en los ríos del país y la pérdida de glaciares en zonas elevadas y aunque se detuvieran las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050, los impactos en el sistema de la Tierra continuarán durante al menos mil años. Además, la deforestación y la pérdida de reservas de agua agravan la situación.
Al respecto, José Luis Luege Tamargo, ex director de la Conagua, señaló que la sequía que se padeció en 2023 fue la más drástica en la historia, pero el Gobierno federal nunca declaró desastre natural, lo que exacerbó el problema al no tomar acciones preventivas. Según Luege Tamargo, el nivel mínimo para extraer agua de una presa es del 20 por ciento, ya que por debajo de este nivel se ponen en riesgo diversos factores, como la presencia de sedimentos y contaminantes en las partes bajas del embalse. Esto puede afectar la agricultura, el consumo animal y la potabilización del agua.
Advirtió que si no hay una buena temporada de lluvias, las presas podrían alcanzar un máximo de solo el 70 por ciento de su capacidad, lo que anticipa una severa crisis para 2025.
La intensa sequía y ola de calor que afecta a México ha dejado a seis presas de agua en distintos estados de la República completamente secas, con un nivel de almacenamiento en cero. Además, otros 28 embalses en diferentes entidades están entre el uno y el 10 por ciento de su capacidad de llenado.
El almacenamiento conjunto de las presas de agua del país es de 48 mil 218 millones de metros cúbicos, lo que representa solo el 38.5 por ciento de su capacidad total.
Los embalses con los niveles más críticos se encuentran en varios estados, incluyendo Sonora, Sinaloa, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, San Luis Potosí y Estado de México. La situación refleja la grave sequía que enfrenta México y la necesidad de tomar medidas para enfrentar esta crisis hídrica.