Levantando sus libros de texto, diplomas y carteles, cientos de miles de argentinos llenaron las calles de Buenos Aires y otras ciudades para exigir mayores fondos para las universidades públicas del país, en una manifestación de ira contra las duras medidas de austeridad del presidente libertario Javier Milei.
La escala de la manifestación en el centro de Buenos Aires pareció superar otras manifestaciones masivas que han sacudido la capital desde que Milei llegó al poder.
Estudiantes y profesores se coordinaron con los poderosos sindicatos antigubernamentales y los partidos políticos de izquierda del país para rechazar los recortes presupuestarios que han obligado a la universidad más venerable de Argentina a declarar una emergencia financiera y advertir sobre un cierre inminente.
En una señal de que el malestar estaba creciendo en respuesta a las políticas de Milei, incluso políticos conservadores, administradores de universidades privadas y personalidades de la televisión de derecha se unieron a la marcha, defendiendo la causa común de la educación pública en Argentina que ha apuntalado el progreso social del país durante décadas.
Al describir las universidades como bastiones del socialismo donde los profesores adoctrinan a sus estudiantes, Milei ha tratado de descartar la crisis del presupuesto universitario como política habitual.
En varias universidades, las escuelas se han quedado sin electricidad, dejando pasillos a obscuras, ascensores congelados, sin aire acondicionado sin funcionar, proyectores y micrófonos sin funcionar.
En su afán por alcanzar el déficit cero, Milei está recortando el gasto en toda Argentina: cerrando ministerios, desfinanciando centros culturales, despidiendo a trabajadores estatales y recortando subsidios. El lunes tuvo algo que mostrar: anunció el primer superávit fiscal trimestral de Argentina desde 2008 y prometió al público que el dolor daría sus frutos.
El presidente Milei llegó al poder en diciembre pasado, heredando una economía en ruinas después de años de gasto excesivo crónico y deuda internacional asfixiante.
El gobierno dijo el lunes por la noche que enviaría unos 24,5 millones de dólares para cubrir los costos de mantenimiento de las universidades públicas y otros 12 millones de dólares para mantener en funcionamiento los centros médicos.