Miles de eslovacos se manifestaron en la capital para protestar nuevamente por una controvertida reforma de los servicios públicos de radio y televisión del país, una medida que, según los críticos, daría como resultado que el gobierno tomara el control total de los medios.
El gobierno de coalición del primer ministro populista Robert Fico aprobó la medida el 24 de abril, y se espera que el Parlamento, donde el gobierno de coalición de Fico tiene mayoría, la apruebe en junio.
El plan ha sido ampliamente criticado por la presidenta Zuzana Čaputová, los periodistas locales, la oposición, los medios de comunicación internacionales y la Comisión Europea.
Los cambios propuestos significarían que la emisora pública conocida como RTVS dejaría de existir y sería reemplazada por una nueva organización.
“La democracia eslovaca necesita una RTVS fuerte e independiente y sus empleados necesitan su apoyo”, dijo Michal Šimečka, jefe de Eslovaquia Progresista, el principal partido de oposición que organizó la protesta, ante una multitud de varios miles de personas en la Plaza de la Libertad de Bratislava.
El plan de adquisición fue redactado por la ministra de Cultura, Martina Šimkovičová, que representa al Partido Nacional Eslovaco, miembro ultranacionalista del gobierno de coalición. Ha trabajado para un medio de televisión por Internet conocido por difundir desinformación.
Šimkovičová dijo que la emisora actual únicamente da espacio a las opiniones dominantes y censura el resto. La emisora ha negado la afirmación.
Según su plan, la nueva emisora radio y televisión eslovaca, o STVR tendrá un director seleccionado por un consejo cuyos nueve miembros serán nominados por el Ministerio de Cultura y el Parlamento. El actual director tiene un mandato parlamentario hasta 2027.
El partido izquierdista Smer (Dirección) de Fico ganó las elecciones parlamentarias del 30 de septiembre con una plataforma prorrusa y antiestadounidense.
Los críticos temen que Eslovaquia bajo Fico abandone el rumbo pro occidental del país y siga la dirección de Hungría bajo el primer ministro populista Viktor Orbán.
Miles de personas se han manifestado repetidamente en la capital y en toda Eslovaquia para protestar contra las políticas de Fico.