La inmensidad del Belém, el barco de tres carabelas encargado de llevar la llama olímpica desde Grecia a tierras francesas, irrumpió en el puerto de Marsella.
Con la bandera francesa a merced del viento, y replicada en el cielo por aviones que dejaron la estela azul, blanca y roja, a modo de bienvenida, el Belén arribó a Marsella ante la mirada de los curiosos, quienes veían desde las colinas, algunos con binoculares, y otros desde el puerto. Las autoridades estimaban una presencia masiva, superior a las 150,000 personas, y los marselleses acudieron al llamado. La ciudad vivió el ambiente festivo, con algunas actividades que pretenden darle rienda suelta al espíritu olímpico, como exhibiciones de breaking, la disciplina que hará su debut en el programa y tomará la plaza de La Concordia, un escenario simbólico.
A pesar de que estos serán los terceros Juegos Olímpicos que se celebrarán en París, el recorrido de la llama es algo inédito para ellos. La última vez que la capital francesa albergó la justa, en 1924, no existía el concepto del fuego olímpico. Ante esa consciencia, las expectativas se elevaron, como si el acto marcara el inicio verdadero de la fiesta.
Con el arribo de la llama a Marsella comenzará un largo recorrido por territorio francés. Tras 11 días por Grecia y otros 11 por altamar, serán 69 los días que el fuego alimente el espíritu olímpico de los franceses, a través de su tradicional relevo, antes de llegar al punto culminante, en la ceremonia de inauguración del 26 de julio, en el Río Sena, ahí, la llama permanecerá en el pebetero para iluminar los Juegos Olímpicos y el camino de los atletas.
La ceremonia contó con la presencia del presidente de Francia Emmanuel Macron y dio rienda suelta a la fiesta. A bordo del velero, el campeón olímpico de natación Florent Manaudou pasó el fuego olímpico que había viajado en un candil hasta una de las antorcha por las que hará el recorrido hasta París. Manaudou descendió con la antorcha en sus manos y dio el primer relevo a la atleta paralímpica Nantenin Keïta, la cual se la pasó al rapero Jul, que fue el encargado de encender el pebetero que marca la llegada del fuego olímpico.
En lo que se prevé como una auténtica fiesta, serán más de 10,000 los relevistas encargados de llevar el fuego olímpico por territorio francés. Será a partir de este jueves cuando la antorcha comience su recorrido por las calles de Marsella, hasta llegar al mítico estadio Velódromo, casa del Marsella y el cual albergará partidos del torneo olímpico de futbol.
El recorrido de la llama por Francia contará con un total de 68 etapas, con algunos puntos icónicos del país. Entre los más destacados está la abadía de Mont Saint Michel en Normandía, sitió al que el fuego arribará el 31 de mayo. También hará lo que han llamado como el “Relevo de los Océanos”, por el Atlántico, el Pacífico y el Índico, en la Guinea Francesa y la Nueva Caledonia. El fuego llegará incluso a Papeete en Tahití, la sede del surf olímpico, Guadalupe y Martinica.
Antes de las esperada llegada París, el 14 de julio, Día de la Bastilla, la llama hará un recorrido por los Alpes y región de Haute-Savoie, Doubs, Estrasburgo y Verdún, sitio de una de las batallas más cruentas y recordadas de la Primera Guerra Mundial. Ya en las últimas etapas, la llama saldrá e ingresará a la capital, con visitas a Versalles y a lugares aledaños. Aunque no se sabe dónde estará el pebetero, se especula que puede ser en la Torre Eiffel, o en los Jardines de las Tullerías afuera del Museo del Louvre.