En nuestro país hay un 60% de ciudadanos que rechazan responder a los encuestadores y con sobrada razón, ya que las casas encuestadoras han mostrado propensión a ser comparsas de los partidos políticos, plegándose a sus instrucciones dependiendo de la bolsa que les presenten.
Estamos en plena recta final de las campañas electorales de los tres candidatos a la Presidencia de la República y de miles de hombres y mujeres que aspiran a unos de los más de 20 mil cargos en los que se elegirán entre gobernadores, legisladores federales y locales, presidentes municipales y más puestos de elección popular.
Por ello está en su pensamiento la búsqueda del voto útil, que es fundamental para tratar de cristalizar sus anhelos ante el descrédito de la clase política mexicana.
Inmersos en una vorágine de números, aseveraciones y razonamientos sinsentido, el debate sobre los candidatos está en el terreno de lo que llaman “ejercicios demoscópicos”; hay tal efervescencia que, a simple vista, el interés es condicionar a los electores.
Se sabe que el trabajo demoscópico es cada vez más difícil de realizar, máxime por la desconfianza que se tiene en las casas encuestadoras que, como señalamos antes, se han constituido en verdaderos corsarios dispuestos “a vender su alma al diablo” por unas monedas.
Hay que mencionar que después del tercer debate presidencial, los candidatos declararon cada uno por su parte, que los datos de las encuestas los favorecen.
Evidentemente Claudia Sheinbaum Pardo recurrió a las decenas de casas encuestadoras que tienen compradas para asegurar que las cifras que le dan es de 25 puntos y hasta 30, por arriba de Xóchitl Gálvez Ruíz, quien señala que los números que presentan sus encuestadores le permiten declarar que están en empate técnico, mientras que el gato Cheshire hace lo propio al presentar su encuesta – según él territorial – que lo pone en segundo lugar y baja a la tercera posición a la candidata de la oposición.
Es menester señalar que los actores políticos han buscado diversas formas de ganar la confianza y el voto de los indecisos, pero los cuatro partidos que conforman la oposición no han podido conformar una sola fuerza política.
PRI, PAN y PRD armaron la coalición Fuerza y Corazón por México e invitaron a MC a conformar una sola fuerza, lo cual no se logró consolidar.
Sin embargo, las dirigencias hablan de escenarios diferentes. Dante Delgado Rannauro, al estilo de López Obrador, señala que “sus datos” les son tan favorables que el 2 de junio los resultados de la coalición opositora van a sorprendernos, porque será muy baja su votación.
Obviamente, Alejandro Moreno Cárdenas, califica a MC de esquiroles ya que su función es dividir el voto, y reconoce que no ha hablado con ellos desde hace dos años y el encontronazo con el gato Cheshire quedó en los medios.
Por todo lo anterior, el voto útil es fundamental que la ciudadanía analice a quien le va a dar su apoyo en las urnas, porque ese derecho democrático va a definir el destino de México.
Y todos los partidos lo saben, más allá de sus pregones halagüeños y la certeza de que su candidato ganará.