El especialista en desarrollo de la ONU, Garry Conille, fue nombrado nuevo primer ministro de Haití, casi un mes después de que una coalición dentro de un consejo de transición fracturado intentara elegir a otra persona para el puesto.
La medida tan esperada se produce mientras las pandillas continúan aterrorizando la capital, Puerto Príncipe, abriendo fuego en barrios que alguna vez fueron pacíficos y utilizando maquinaria pesada para demoler varias comisarías y prisiones.
El miembro del consejo Louis Gérald Gilles dijo que seis de los siete miembros del consejo con poder de voto eligieron a Conille.
Conille ha sido director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe desde enero de 2023 y anteriormente fue primer ministro de Haití de octubre de 2011 a mayo de 2012 bajo el entonces presidente Michel Martelly. Reemplaza a Michel Patrick Boisvert, quien fue nombrado primer ministro interino después de que Ariel Henry renunciara por carta a fines de abril.
La violencia de pandillas sigue aumentando en partes de la capital de Haití y más allá mientras Conille asume el mando del atribulado país caribeño a la espera del despliegue de una fuerza policial de Kenia y otros países respaldado por la ONU.
Conille estudió medicina y salud pública y ayudó a desarrollar la atención médica en comunidades empobrecidas de Haití, donde ayudó a coordinar los esfuerzos de reconstrucción después del devastador terremoto de 2010. Sin embargo, la violencia de las pandillas ha pasado factura a ese sistema.
Trabajó durante varios años en las Naciones Unidas antes de que Martelly lo designara primer ministro en 2011. Conille renunció menos de un año después tras enfrentamientos con el presidente y su gabinete por una investigación sobre funcionarios gubernamentales que tienen doble nacionalidad, lo cual no está permitido por La constitución de Haití.
UNICEF dijo en un breve comunicado que dejaría su cargo de director regional: “Estamos trabajando estrechamente con Garry para garantizar una transición sin problemas en este momento”.
Conille tiene como ardua tarea sofocar la violencia rampante de las pandillas y al mismo tiempo ayudar a sacar a Haití de la pobreza profunda, con una inflación que alcanza un récord del 29%, según los últimos datos disponibles. En los últimos años, las pandillas que controlan al menos el 80% de Puerto Príncipe han obligado a más de 360.000 personas a abandonar sus hogares y continúan controlando rutas clave desde la capital hacia las regiones norte y sur de Haití, paralizando a menudo el transporte de mercancías críticas.