Cerca de 1,2 millones de personas protestaron este martes en Francia contra la reforma de las pensiones impulsada por el presidente liberal Emmanuel Macron, indicó el ministerio del Interior, en tanto que el sindicato CGT cifró la participación en 2,8 millones.
Aunque con cifras diferentes, tanto las autoridades como los sindicatos atestiguaron de un rechazo creciente contra el proyecto de retrasar la edad de la jubilación de 62 a 64 años.
Los sindicatos franceses buscan mantener el pulso contra la impopular reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron, que, tras haber perdido la batalla de la opinión pública, espera lograr el apoyo del Parlamento.
Casi dos semanas después de sacar a la calle a más de un millón de personas, según las autoridades -el doble, para los sindicatos-, los opositores esperan muchos más manifestantes en Francia, donde el rechazo a la actual reforma progresa en la opinión pública.
La segunda economía de la Unión Europea (UE) vive una nueva jornada de huelga que golpeó especialmente el transporte público en París y los trenes regionales en Francia, así como la educación pública, donde la mitad de los profesores de infantil a liceos no trabajará.
Once mil policías y gendarmes se movilizaron en Francia, entre ellos 4.000 en París, indicó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que pidió protestas “sin incidentes graves”. Los servicios de inteligencia esperan un total de 1,2 millones de manifestantes.
Con el rechazo ya anunciado del frente de izquierdas Nupes y de la extrema derecha, el gobierno espera el apoyo del partido de derecha Los Republicanos (LR), favorable a una reforma pero dividido sobre esta, reconoció la víspera su diputado Stéphane Viry.
Sabedores que sus votos son claves, los legisladores de LR aumentan sus exigencias sobre la reforma en varios de los puntos más impopulares: una mejor consideración para las mujeres sin una carrera laboral continua, para quienes empezaron a trabajar jóvenes, etc.