El presidente Joe Biden reveló los planes para promulgar restricciones significativas inmediatas a los migrantes que buscan asilo en la frontera entre Estados Unidos y México mientras la Casa Blanca intenta neutralizar la inmigración como una responsabilidad política antes de las elecciones de noviembre.
La proclamación presidencial impediría que los inmigrantes obtengan asilo cuando los funcionarios estadounidenses consideren que la frontera sur está desbordada.
Esta acción fue contemplada durante varios meses, tras el colapso de un acuerdo bipartidista de seguridad fronteriza en el Congreso. Biden afirmo que siempre busco una acción duradera, pero que fue rechazada en muchas ocasiones por los republicanos, por lo cual no tuvo otra opción, él se encuentra buscando por su cuenta obtener el control de la frontera, aunque insistió que la migración siempre ha sido el alma de Estados Unidos.
La orden entrará en vigor cuando el número de encuentros fronterizos entre puertos de entrada alcance los 2.500 por día, según altos funcionarios de la administración. Lo cual sería de manera inmediata, porque los promedios diarios son más altos ahora.
Desde que Biden asumió la presidencia no se ha vuelto a mantener el promedio de cruces en la frontera por debajo de los 2500, sin embargo durante la pandemia se tuvo el récord de 1500 en julio del 2020.
Trump, por otro lado, usó su cuenta de redes sociales para atacar nuevamente a Biden por el tema de la inmigración, diciendo que el demócrata había entregado totalmente nuestra frontera sur y que su orden era todo para mostrar antes de su debate presidencial del 27 de junio.
Seguridad Nacional dijo que una mayor aplicación de la ley con México desde las reuniones bilaterales de alto nivel ha reducido los cruces ilegales, pero es probable que sea menos efectiva con el tiempo, creando la necesidad de más acciones.
El departamento predice que los arrestos por cruces ilegales pueden aumentar a un promedio diario de hasta 6.700 de julio a septiembre.
Una vez que esta orden entre en vigor, los migrantes que lleguen a la frontera, pero no expresen temor de regresar a sus países de origen estarán sujetos a una expulsión inmediata de Estados Unidos, en cuestión de días o incluso horas.
Esos inmigrantes podrían enfrentar castigos que podrían incluir una prohibición de reingresar a Estados Unidos por cinco años o incluso un proceso penal.
Cualquier persona que exprese ese temor o la intención de buscar asilo será examinada por un funcionario de asilo con un estándar más alto del utilizado actualmente, de pasar la evaluación, buscaran formas más limitadas de protección humanitaria, incluida la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura.
La orden de Biden describe varios grupos de migrantes que estarían exentos por razones humanitarias, incluidas las víctimas de trata de personas, los menores no acompañados y aquellos con emergencias médicas graves.
Los republicanos desestimaron la orden de Biden como nada más que un “truco político” destinado a mostrar una aplicación más estricta de la inmigración antes de las elecciones.