Los tiempos cambian y, en la actualidad la violencia política no se encuentra vinculada exclusivamente a los grupos delictivos, sino que se ha generado aquella en la que los ataques contra candidatos y otros actores políticos se relacionan cada vez más con disputas al interior de los propios partidos.
De acuerdo con las conclusiones a las que llegó el Seminario de Violencia y Paz que realizaron investigadores de El Colegio de México y que abarca el estudio de la violencia política registrada en los procesos electorales de 2020-2021 y de 2023-2024, la situación requiere de atención inmediata.
Se establece que, a diferencia de lo que ocurrió en procesos electorales pasados, cuando la violencia política estaba asociada a la delincuencia organizada, en los comicios del domingo pasado 2 de junio los indicios fueron diferentes.
“Uno de los hallazgos del proceso electoral de 2023-2024 es que no necesariamente toda la violencia política tiene en móvil criminal”, reveló el investigador Manuel Pérez Aguirre al exponer las conclusiones del seminario.
“Sobre todo en la lucha interna por candidaturas locales, los partidos políticos empiezan a competir a balazos. Hay muchos indicios de que los partidos políticos resuelven cada vez con mayor frecuencia sus diferencias internas por medio de la violencia, lo cual es muy grave para la democracia en su conjunto”, añadió el investigador.
De acuerdo con la investigación del Colmex, en el proceso electoral 2023-2024 se registraron 36 asesinatos de candidatos, de los cuales 24 aspiraban a ser presidentes municipales, cinco a regidor o concejal, dos a síndicos, dos a diputado local, dos a diputado federal y una a senador.
El registro es mayor al reportado en los comicios de 2020-2021, cuando se contabilizaron 32 asesinados. De las víctimas, 21 buscaban el cargo de presidente municipal, cuatro el de regidor, cuatro el de diputado local, dos el de síndico y uno el de diputado federal.
Según el estudio, la violencia política en México es transversal, ya que no distingue partidos políticos, y son fulminantes, ya que no hay reportes de amenazas previas.
De las 36 víctimas del proceso electoral reciente, 11 fueron de Morena, cinco del PAN, cinco del PRI, tres de Movimiento Ciudadano, tres de la coalición Fuerza y Corazón por México (sin especificar el partido), tres del Partido Verde, dos del PT, dos de partidos locales de Chiapas y uno del PRD.
“Las familias de líderes locales y caciques ya se dieron cuenta que pueden competir por el poder de manera violenta, porque hay un clima que lo permite; hay una normalización de la violencia y una niebla que les permite salir impunes”, añadió Pérez Aguirre.