El brazo ejecutivo de la Unión Europea criticó a Francia por acumular una deuda excesiva, una dura reprimenda en el apogeo de una campaña electoral en la que el presidente Emmanuel Macron enfrenta un fuerte desafío de la extrema derecha y la izquierda.
La Comisión de la UE recomendó a siete países, incluida Francia, que inicien el llamado procedimiento de déficit excesivo, el primer paso de un largo proceso antes de que cualquier Estado miembro pueda verse cercado y obligado a tomar medidas correctivas.
“Los criterios de déficit no se cumplen en siete de nuestros Estados miembros”, dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, señalando con el dedo a Bélgica, Italia, Hungría, Malta, Eslovaquia y Polonia, además de Francia.
Durante décadas, la UE ha establecido objetivos para que los estados miembros mantengan su déficit anual dentro del 3% del Producto Interno Bruto y la deuda general dentro del 60% de la producción. Esos objetivos han sido ignorados cuando era conveniente, a veces incluso por países como Alemania y Francia, las economías más grandes del bloque.
Esta vez, sin embargo, Dombrovskis dijo que una decisión debe tomarse basándose, por ejemplo, en los hechos y en sí el país respeta el tratado, en los valores de referencia para el déficit y la deuda, y no en función del tamaño del país.
En los últimos años, circunstancias excepcionales como la crisis de la COVID-19 y la guerra en Ucrania permitieron la indulgencia, pero eso ya ha llegado a su fin.
Aun así, el anuncio tocó una fibra sensible en Francia, después de que Macron convocara elecciones anticipadas tras su derrota ante la extrema derecha de Marine Le Pen en las elecciones parlamentarias de la UE el 9 de junio.
La Agrupación Nacional de Le Pen y un nuevo frente unido de izquierda están aventajando al partido de Macron en las elecciones, y ambos rivales han presentado planes en los que el gasto deficitario para salir del estancamiento económico es esencial.
En la campaña electoral, el bando de Macron podría utilizar la palmada en la muñeca como advertencia de que los extremos llevarán a Francia a la ruina, mientras que la oposición podría afirmar que Macron había gastado demasiado y aún empobreció a los franceses, dejándolos sin otra opción que gastar aún más.
A pesar de la reprimenda por el exceso de deuda, el comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, destacó que Francia también estaba avanzando en la dirección correcta para abordar ciertos “desequilibrios”, enviando un “mensaje de tranquilidad” a las instituciones de la UE.
El Fondo Monetario Internacional pronostica que la economía francesa crecerá a un ritmo relativamente lento del 0,8% del PIB en 2024, antes de aumentar al 1,3% en 2025.